La Reina Isabel II está harta de tanto escándalo. Por ello, no ha dudado en obligar a sus empleados a aceptar unas fuertes cláusulas de confidencialidad, entre ellas que una vez que dejen de trabajar para ella devuelvan las notas, tarjetas navideñas o sus propios diarios.
El objetivo es evitar que se vendan sus intimidades. Y es que los ex trabajadores han ganada buenas sumas de dinero por poner a la venta propiedades como una nota de la reina en la que pedía ginebra. Se llegó a pagar 20.000 euros.
El caso más sonado fue el de Lady Di y su mayordomo Paul Burrell, quien ha ganado nueve millones de euros con su libro vendiendo las vivencias que compartió con la princesa.
Pero aquí no se queda la cosa, una criada logró vender un trozo del pastel de tarta de la boda entre Lady Di y el Príncipe Carlos por 2.000 euros, casi 30 años después de la celebración.
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