Este pasado lunes fue el día más triste del año. Influyen la cuesta de enero, la frustración por no haber conseguido los propósitos del año anterior, el frío, los días más cortos y lo lejos que se ven las vacaciones de verano. Y si hablamos del entorno laboral no es una sorpresa que el primer día de la semana (todos los del año en este caso), suele ser considerado como el más estresante para los trabajadores: reuniones, trabajo pendiente, una larga semana por delante... A esto se une que las bajas por estrés o depresión son algunas de las más numerosas y difíciles de controlar por parte de las empresas, con lo que pierden millones de euros.
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