La formación y el aprendizaje continuo «lifelong learning» se han convertido en piezas fundamentales de cualquier estrategia organizacional. El 40% de las compañías apostará por planes formativos en liderazgo de aquí hasta 2027, según el último informe Future of Jobs 2023 del World Economic Forum. Además, un 32% de las empresas se decantará por incluir formación en resiliencia, flexibilidad y agilidad, y otro tercio tiene previsto invertir en lifelong learning, o aprendizaje continuo, para mantenerse competitivo. Por su parte, 6 de cada 10 compañías espera un retorno de la inversión dentro del primer año, lo que tendrá una repercusión directa en el desempeño de los trabajadores al incrementar la motivación y productividad.
En lo que respecta a la formación continua, las empresas españolas se enfrentan al reto de impulsar una cultura de aprendizaje organizacional nueva. “Con los modelos tradicionales de formación, por más que se invierta, crecen exponencialmente las necesidades de aprendizaje no cubiertas. El aprendizaje organizacional de alto impacto está basado en un cambio de paradigma en el que se debe desaprender para volver a aprender”, afirma Miquel Rodríguez, Consulting Director de Netmind, consultora de formación especializada en transformación digital.
Por este motivo, las empresas deben impulsar un cambio de comportamiento en la forma en la que aprendemos, fomentando una cultura de aprendizaje continuo «lifelong learning». “Tenemos que olvidarnos de los modelos de formación donde las personas asisten a un curso para cumplir el expediente.” Miquel Rodríguez destaca que la mayor parte del aprendizaje se adquiere en el puesto de trabajo, y por lo tanto es clave fomentar y compartir estos conocimientos dentro de la organización. “En Netmind cada persona dispone de 25 jornadas anuales para su desarrollo, ya sea asistiendo a cursos y eventos, compartiendo su conocimiento internamente, o participando en iniciativas de innovación propuestas por ellas mismas. Es aproximadamente un 10% de su jornada laboral, y creemos que es la mejor forma tanto para desarrollar el talento interno como para atraer talento externo”.
Este cambio de paradigma en la formación es el que las organizaciones deben impulsar para mantener su competitividad en la era del conocimiento. En este contexto, los expertos de Netmind, la consultora de BTS especializada en transformación digital, han recopilado 5 acciones que deberían llevar a cabo las empresas para impulsar una cultura de aprendizaje organizacional:
- Habilitar tiempo
Formarse es parte del trabajo. El aprendizaje continuo es responsabilidad tanto del trabajador, dedicando su esfuerzo, como de la empresa, permitiendo que lo haga dentro de su jornada laboral. Que cada persona disponga de tiempo para desarrollar su talento es imprescindible para mantenerse al día.
- Fomentar el aprendizaje entre iguales
El aprendizaje es una actividad social. Las redes informales de aprendizaje como las comunidades de práctica fomentan el trabajo en equipo y la colaboración. Al compartir conocimientos y experiencias internamente se obtienen múltiples beneficios, siendo el principal de ellos que los aprendizajes se expanden por toda la organización. Además, las personas que comparten consolidan su conocimiento y se visibilizan como expertas, facilitando que compañeros con menos experiencia pueden acceder a ellas para la resolución de problemas.
- Proporcionar espacios y recursos
Las organizaciones deben poner a disposición espacios donde los empleados puedan juntarse y llevar a cabo formaciones, talleres, mesas redondas… Los eventos de comunidad de práctica requieren de recursos, tanto físicos como virtuales. Una manera infalible de fomentar la participación en los eventos físicos es proporcionar comida y bebida. Asimismo, se puede dar acceso a bibliotecas digitales, cursos online, materiales didácticos o un establecer un presupuesto autogestionado.
- Promover la experimentación e innovación
La experimentación es clave en los procesos de aprendizaje. Las empresas deben promover que se prueben nuevas ideas, que se tomen ciertos riesgos controlados, que se explore con creatividad, que se innove continuamente. Se puede aprender de los errores, pero no hay errores en los experimentos cuando se intenta validar una hipótesis: hay aprendizaje del proceso y de los resultados obtenidos.
- Predicar con el ejemplo
Es fundamental que la dirección de la empresa y los líderes de la organización participen de forma activa y genuina en su desarrollo continuo. Estar presente en las comunidades de práctica internas, asistir a cursos, compartir conocimiento, pedir ayuda a otras personas…. Todas estas acciones son y deben verse normales. Esta actitud anima e inspira al resto de la organización a seguir su ejemplo, ayudando a cerrar el círculo para arraigar una cultura de aprendizaje.
“Es fundamental que las empresas impulsen una cultura de aprendizaje organizacional, ya que el aprendizaje continuo es un trabajo de todos. En el mismo deben intervenir todos los miembros de la plantilla, incluidos managers y líderes de más alto nivel. El cambio constante y acelerado en el que vivimos requiere que las empresas estén continuamente aprendiendo y además de una manera rápida y sostenible”, concluye Miquel Rodríguez.