Las altas temperaturas que se están registrando este verano han disparado las muertes por calor en España. El calor extremo también repercute al entorno laboral, pudiendo desembocar en accidentes de trabajo, algunos de ellos mortales.
El estrés térmico es la carga de calor que una persona trabajadora soporta, resultado de la combinación de tres elementos: condiciones ambientales (temperatura, humedad, radiación solar), la demanda física del trabajo realizado y la ropa que se utiliza.
La respuesta del cuerpo a este estrés es la sobrecarga térmica, que es el esfuerzo fisiológico para mantener su temperatura interna estable. Si este esfuerzo supera la capacidad del cuerpo, pueden aparecer graves problemas de salud, que van desde leves a muy graves:
- Síncope por calor: Desmayo debido a un flujo sanguíneo reducido al cerebro.
- Deshidratación y pérdida de electrolitos que puede provocar problemas gastrointestinales y calambres musculares.
- Agotamiento por calor: Cansancio extremo, náuseas y debilidad, principalmente por deshidratación.
- Golpe de calor: El más grave. El cuerpo pierde la capacidad de regular su temperatura (supera los 40,5°C), la piel se calienta y seca (deja de sudar) y requiere atención médica urgente.