El burnout ya no es un simple efecto colateral de trabajar muchas horas. Se ha convertido en una grave afección psicológica, reconocida por la Organización Mundial de la Salud como un fenómeno ocupacional, y afecta a millones de personas en todo el mundo. Caracterizado por el estrés crónico, el agotamiento emocional y una desconexión mental con el trabajo, este síndrome refleja una crisis silenciosa que se extiende por sectores y generaciones.
En los últimos años, el incremento de las demandas laborales, la escasa conciliación entre vida personal y profesional, y la falta de descanso real han llevado a muchos trabajadores al límite. Según una encuesta reciente, realizada a más de 1.500 empleados en España, el 41 % afirma sentirse estresado en el trabajo, mientras que el 55 % ha sufrido un agotamiento total en algún momento. Estos datos revelan una presión creciente que está dejando secuelas profundas en la salud mental de los trabajadores.