Un reciente informe elaborado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) lanza una advertencia contundente: los jóvenes españoles podrían verse obligados a trabajar hasta los 71 años si quieren acceder a una pensión que les permita conservar su nivel de vida actual. ¿El motivo? La baja incorporación al mercado laboral y la inestabilidad de los primeros años profesionales están recortando drásticamente sus periodos de cotización.
Actualmente, la tasa de empleo entre los jóvenes de 16 a 29 años apenas alcanza el 43,2%, muy por debajo de los niveles previos a la crisis de 2008. A esto se suma una alta temporalidad (28% de los contratos) y un elevado porcentaje de empleos a tiempo parcial (18,5%). El resultado es una carrera laboral fragmentada, con cotizaciones insuficientes para garantizar la pensión completa al llegar a la edad ordinaria de jubilación.