Los piquetes de la huelga de la EMT madrileña, por romper las lunas de varios autobuses e impedir a los servicios mínimos trabajar con normalidad

Si bien el derecho a la huelga está reconocido como medida de presión para la consecución de mejoras laborales, la actuación de los salvajes de turno, más preparados para tirar piedras que para conducir autobuses, no hace otra cosa que perjudicar las legítimas reivindicaciones de la mayoría de los trabajadores de la Empresa Municipal  de Transportes de Madrid. Curiosamente, es raro que en estos casos se produzca la detención de los culpables. Si tuvieran que pagar de su bolsillo los destrozos, se lo pensarían dos veces antes de probar puntería.