Que el peso de la informática ha ido ganando fuerza cada vez más en el ámbito laboral es una evidencia, pero en los últimos años se está volviendo prácticamente imposible desempeñar una gran cantidad de tareas sin la asistencia de internet. Incluso para la contabilidad ha pasado a ser fundamental el acceso a la red, y se prevé que esta tendencia a la digitalización continúe aumentando durante los próximos años.
Pero, así como esta digitalización creciente nos permite disfrutar de toda una serie de ventajas organizativas, también presenta algunas dificultades que deben ser atendidas por las empresas y por quienes trabajan en ellas. Debido justamente a que las actividades digitales realizadas por las compañías son cada vez mayores, también está aumentando el número de ciberataques dirigidos contra ellas, algo que en muchos casos no solo pone en riesgo la economía y la viabilidad de las empresas, sino también la estabilidad de sus puestos de trabajo.
Las medidas de ciberseguridad pasan a un primer plano
Las ciberamenazas se han extendido durante los últimos años, y los ciberdelincuentes cada vez tienen más formas de hacer que sus ataques cibernéticos resulten lucrativos. Al auge de los ciberataques basados en ransomware –como los que afectaron al SEPE y al Ministerio de Trabajo el pasado año– hay que sumar los ciberataques que buscan el robo de credenciales y datos bancarios, cuyas pérdidas totales a nivel mundial ascienden a varios billones de dólares cada año.
Por eso ya no resulta posible para una empresa operar en internet sin contar con herramientas de ciberseguridad robustas como una VPN online o una completa suite de software anti-malware. Cada vez son más las empresas que están invirtiendo en planes de seguridad integral para proteger toda la información de sus bases de datos y sus redes, así como la integridad de todos los dispositivos informáticos utilizados en las diferentes áreas de cada compañía.
La formación de los empleados es esencial… y las negligencias se pagan Parte ineludible de los planes de ciberseguridad establecidos por las empresas consiste en la formación de sus empleados para dotarlos de todos los conocimientos necesarios para prevenir los ciberataques y evitar los fraudes. Esta formación puede suponer un coste económico importante para las compañías, pero resulta esencial si consideramos que buena parte de los puntos débiles en la estrategia de ciberseguridad de una empresa suelen encontrarse en los empleados sin conocimientos en el ámbito digital.
El uso de contraseñas robustas y únicas, los buenos hábitos de navegación online y la detección de potenciales ataques de phishing son algunos de los elementos que deben ser tenidos en cuenta por cada trabajador o trabajadora, tanto si desempeñan su función desde las oficinas de su empresa como si lo hacen de manera remota. Un desliz de un trabajador o trabajadora puede comprometer seriamente la ciberseguridad de una empresa y ocasionar pérdidas millonarias, de ahí que las empresas se vean en la necesidad de exigir un nivel formativo elevado en materia de seguridad digital, y que puedan penalizar a quienes incumplan estos estándares.
La pérdida del empleo puede ser una realidad
De la misma forma que resulta imperativo que los empleados de la industria química o de la construcción cumplan a rajatabla con las medidas de seguridad establecidas por la compañía, también es fundamental que lo hagan al utilizar dispositivos informáticos. Pese a que puede parecer que la gestión de materiales químicos o el uso de arneses en un edificio en obras son diferentes a la prevención del phishing en el trabajo, lo cierto es que la ciberdelincuencia puede causar daños muy severos a cualquier empresa o institución, y, de hecho, los ciberataques están teniendo una relevancia militar cada vez mayor en contextos como el de la invasión de Rusia a Ucrania.
Por eso debemos ser conscientes de que el personal de una empresa debe encontrarse sujeto al mismo nivel de exigencia en materia de ciberseguridad, y puede sufrir consecuencias muy severas si incumple con los protocolos establecidos. Como es natural, estos protocolos deben comunicarse a los trabajadores y trabajadoras en tiempo y forma a través de un sistema formativo eficiente, pero, una vez concluida esta etapa de formación, todo el personal de las empresas debe regirse por estos códigos y cumplir con su parte en la protección de los sistemas y las redes de la empresa en su conjunto.
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