La web especialista de empleo jobatus.es, ha realizado un estudio que señala en qué consiste la política de empleo para personas jóvenes del SEPE. A continuación detallamos las medidas implantadas y mejoras derivadas de la pandemia del Covid-19 para combatir la precariedad laboral de este grupo de la sociedad.
La población juvenil, antes del coronavirus, era una parte de la población ya afectada a nivel laboral por la recesión existente en el país. Con la llegada de la pandemia, este grupo de la sociedad se ha visto afectado a nivel profesional de forma contundente y posee un alto riesgo de acceder al mercado laboral.
Los jóvenes, según Gerardo Gutierrez, director general del SEPE, es el capital humano más valioso que posee una sociedad y su motor de cambio presente y futuro. Son los que sufren los altibajos propios de las etapas económicas que atraviesa un país y sobretodo, quienes asumen las consecuencias de los cambios existentes en el mercado laboral.
El contexto social y profesional en el que actualmente nos encontramos, ha sufrido cambios sociales y tecnológicos que ocasionan una progresiva desregularización respecto a la incorporación al mercado laboral y la definición de los cimientos de las carreras profesionales. En la fase pos-Covid-19, estos cambios tecnológicos que tanto han favorecido a la comunicación, podrían otorgar irrelevancia al factor humano y poner en riesgo la seguridad laboral de las personas trabajadoras o de los jóvenes.
A causa de lo anterior, Gutierrez insiste en que es de vital importancia darle valor al factor humano y a las oportunidades laborales que ofrecen las empresas. Deben ser estables y suficientes para que cualquier trabajador pueda adquirir competencias profesionales y consolidar una mejora profesional. El modelo laboral debe estar basado en integrar a los individuos jóvenes al mercado laboral y debe hacerse de una forma correcta y obviando todo tipo de contrato que no consolide una carrera profesional. Del mismo modo, es de suma importancia vincular todo lo relacionado con el empleo a la calidad y así evitar, que los jóvenes, que son el futuro del país, experimenten trastornos laborales.
Según los datos extraídos por el SEPE, a nivel nacional y en el año 2019, el paro registrado en menores de 30 años descendió en 495.000 jóvenes. Actualmente el paro juvenil se ha incrementado en 720.000. La contratación a nivel nacional también ha disminuido considerablemente. En julio de 2019 se registraron 465.000 contratos y actualmente, según últimos datos disponibles, hay registrados 157.000.
La tasa de actividad ha descendido de un 39% a un 34%, y la tasa de paro en menores de 25 años se sitúa en un 32.9%, casi un 2% más que en 2019.
En objeto de tomar medidas y responder a esta necesidad laboral, el Gobierno de España lanzó en 2019 el "plan de choque juvenil" para garantizar el empleo en los jóvenes. En su momento se determinó su validez hasta 2021, pero según el Director del SEPE, seguramente se prorrogará debido a precariedad laboral existente en los jóvenes.
Las metas establecidas del "plan de choque juvenil" contemplan a nivel general: reducir el paro juvenil, incrementar la tasa de actividad, reducir la brecha de género en el paro registrado, un 20% superior en las mujeres, e incrementar el número de contrataciones indefinidas en trabajadores juveniles para asegurar un empleo de calidad.
Las principales medidas específicas establecidas por el Gobierno de España son:
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