La profesión de varillero se posiciona como una buena alternativa en estos momentos de gran incertidumbre en cuanto al futuro laboral y económico
La crisis del Covid-19 ha revolucionado todos los sectores, especialmente el laboral. Ante los peores datos de empleo de la historia de nuestro país, muchos son los que buscan nuevas opciones laborales que les permitan una vida mejor. La profesión de varillero se alza como oficio de futuro, sin paro y con salarios muy superiores a la media dentro del sector del motor. Desde la Escuela de Varillerosforman en esta profesión consiguiendo que sus alumnos se especialicen en menos de 4 meses.
Tras un mes de marzo negrísimo para el mercado laboral por el coronavirus, muchos son los que saben que la búsqueda de empleo se complicará cuando todo esto acabe y se plantean qué hacer con sus vidas.
«El oficio de varillero es aún desconocido en el mercado hispano y sin embargo es una profesión con futuro y muy solicitada. A nivel internacional se nos llama “sacabollos” pero somos mucho más que eso. Somos capaces de reparar los bollos que tenga un vehículo a base de precisión y maña, siendo más económicos, más ecológicos y más rápidos que una reparación habitual», afirma Sisco Clivillé, creador de la primera escuela online que forma a estos profesionales, Escuela de Varilleros.
Si la pintura no está deteriorada y la chapa no tiene desperfectos insalvables, es posible el desabollado sin pintar. Se les llama varilleros por las varillas especiales que utilizan para arreglar el bollo, ejerciendo presión y empuje desde el interior de la carrocería con gran precisión y cuidado para evitar el daño en la chapa o en la pintura del vehículo.
«No solo trabajamos con varillas, también con martillos y ventosas. Es un trabajo artesano, que valora lo hecho con las manos», puntualiza Clivillé.
El perfil de aquellos que apuestan por esta profesión suele ser el de hombres entre 30 y 40 años que quieren dar un giro a su vida. Son hombres que a menudo tienen familia y están cansados de la precariedad laboral en la que viven, pero como la mayoría no tienen estudios, creen que no tienen opciones.
«Sin embargo para aprender esta profesión no hace falta que ser chapista ni que tener experiencia dentro del mundo de la automoción. El oficio de varillero es eminentemente práctico y se basa también en las relaciones. Un oficio con el que puedes llegar a ganar hasta 1.000 euros al día e incluso más», confirma Clivillé quién cansado de su vida anterior decidió en 2015 dejar su empleo y formarse como varillero, certificándose como el 5º Golden Mastercraftman, siendo así el más joven del mundo y el que lo consiguió en menos tiempo. Ahora, desde la Escuela de Varilleros ha formado a más de 200 alumnos que en menos de cuatro meses han conseguido poder ejercer.
Su formación es 100 % práctica, donde la comunidad juega un papel fundamental y donde se trabajan aspectos como la mentalidad y se anima a la creación de una empresa propia.
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