28 de marzo de 2024
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El empleo asalariado indefinido creció en 2019 frente a la caída del temporal

El empleo asalariado indefinido creció en 2019 frente a la caída del temporal

Los datos positivos del 2019: crece el empleo indefinido, el sector privado aumenta su contratación y la tasa de temporalidad se reduce

Portada analisis estsudio

Hace unas semanas, el Adecco Group Institute, el centro de estudios y divulgación del Grupo Adecco, presentó la primera parte de su II Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo según la ocupación en España, centrado en los rasgos demográficos de los nuevos ocupados.

En esta segunda entrega del VII Monitor Anual Adecco de Ocupación, se analizará el perfil socioeconómico de los nuevos ocupados españoles: qué sectores han acaparado la creación de más puestos de trabajo y qué tipo de empleo se ha creado (por cuenta ajena o propia) y si la contratación está siendo temporal o indefinida.

Como ya se vio hace unos días, el número de ocupados en España alcanza actualmente los 19,9 millones, el número más alto desde diciembre de 2018. En los últimos doce meses, el número de ocupados en nuestro país ha aumentado en 346.300 personas, lo que supone un incremento interanual de un 1,8%. Además, el empleo ha crecido en 14 de las 17 comunidades autónomas españolas (todas menos Asturias, Canarias y Baleares). 

Así se ha distribuido la creación de empleo en nuestro país, según las variables socioeconómicas: sector, empleo asalariado o por cuenta propia, y tipo de contratación (indefinida o temporal). 

Empleo según situación profesional

Si separamos los empleos en dos grandes categorías, asalariados y no asalariados, se aprecia que la totalidad de los puestos de trabajo creados en estos doce meses ha sido del primer tipo. En efecto, el número de asalariados ha tenido un incremento interanual de 356.400 personas (+2,2%), al mismo tiempo que el de no asalariados ha disminuido en 8.800 (-0,3%).

Sin embargo, dentro de los no asalariados hay diferencias: mientras ha bajado el número de empleadores (caída interanual de 13.400 personas; -1,4%) y el de Otros (donde se incluyen principalmente miembros de cooperativas y personas que ayudan en el negocio familiar sin remuneración; 3.700 personas menos, equivalente a un descenso de un 3,6%), se ha incrementado la cantidad de autónomos (no tienen personal a cargo; aumento de 8.300 personas, con una subida interanual de un 0,4%).

Entre los asalariados, 8 de cada 10 nuevos empleos se han originado en el sector privado, que ha aumentado la contratación en 295.300 personas (+2,2% interanual). En el sector público el número de asalariados se ha expandido en 61.200 personas (+1,9%).

Desde el punto de vista de la situación profesional, tenemos que los 19,9 millones de ocupados españoles se corresponden con 16,8 millones de asalariados y 3,1 millones de no asalariados. A su vez, los trabajadores por cuenta ajena se dividen en 13,6 millones de asalariados en el sector privado y 3,2 millones en el sector público.

Por su parte, los no asalariados pueden desagregarse en 2 millones de autónomos, casi un millón de empleadores y 100.400 personas en otras situaciones.

El peso del empleo asalariado dentro de la ocupación total es ahora de un 84,5%, la proporción más alta que registran las estadísticas, mayor que el 82,3% de 2008 y, por ejemplo, 7 puntos porcentuales más que en 1998 (77,4%). La importancia del empleo público dentro del conjunto de asalariados descendió desde comienzos de 2012, cuando era de un 21,7%, hasta el 19,1% en junio de 2017 (la menor proporción desde 2008). Desde entonces se ha movido en valores similares, siendo su proporción de un 19,2% en la actualidad.

El segmento de no asalariados supone un 15,5% del empleo total, que es el menor porcentaje registrado hasta ahora y 2,2 p.p. menos que en 2008.

Solo siete autonomías exhiben un aumento simultáneo en el número de asalariados y no asalariados: Andalucía, Aragón, Extremadura, la Comunidad de Madrid, la Región de Murcia, Navarra y el País Vasco.

En seis autonomías, al igual que en el total de España, se ha registrado un aumento en el número de asalariados junto con una caída en el colectivo de no asalariados: Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y Galicia. Por su parte, Asturias, Baleares y Canarias se distinguen por ser las únicas autonomías donde se ha reducido simultáneamente el número de asalariados y el de no asalariados. La Rioja, por su parte, es la única que presenta una caída en el empleo asalariado que ha sido más que compensada por la expansión en el colectivo de trabajadores por cuenta propia.

Los mayores incrementos interanuales en el número de no asalariados se han alcanzado en Extremadura (+9,1%) y Navarra (+8,8%). Este colectivo en cambio ha sufrido sus mayores retrocesos en Castilla-La Mancha (-11,7%) y Cantabria (-9,2%).

En el caso de los asalariados, los aumentos más significativos han correspondido a Castilla-La Mancha (+3,9%) y la Comunidad de Madrid (+3,6%). En este caso, los descensos han sido proporcionalmente más moderados. Los más pronunciados son los de Canarias (-1,8%) y Asturias (-1,5%).

En lo que a crecimiento del empleo público se refiere, destacan Navarra (+13,3% interanual), Murcia (+9,1%) y Madrid (+7%). Por el contrario, hay ocho autonomías en las que el número de asalariados públicos muestra una caída interanual. Los mayores descensos han ocurrido en Cantabria (-4,2% interanual), Extremadura (-3,1%) y Aragón (-2,5%).

También hay diferencias significativas en la evolución del colectivo de asalariados del sector privado. En un extremo se encuentran Cantabria, con un incremento interanual de un 4,9%, seguida de Castilla-La Mancha (+4%) y Extremadura (+3,8%). En el otro extremo, hay cinco regiones donde este colectivo se ha reducido: Canarias (-2,5% interanual) y Asturias (-1,9%) exhiben los resultados menos favorables.

Las dos comunidades autónomas en las que el empleo público supone una mayor proporción de la ocupación total son Extremadura (23%) y Asturias (20%). La situación contraria es la que se observa en Baleares y en Cataluña, regiones en las que el empleo público tiene el menor espacio en el empleo total, con un 12,3% y un 13,1%, respectivamente. Estas cifras se comparan con una media nacional de un 16,2%.

Solo hay cuatro comunidades en las que el empleo asalariado privado supone más del 70% de la ocupación total: Madrid (73,3%), Cataluña (72,2%), Canarias (71,5%) y Baleares (70,7%). Extremadura es la única región en la que el peso del empleo asalariado privado es inferior al 60%, con un 55,6%. El promedio nacional se sitúa en un 68,2%.

Finalmente, las cuatro regiones en donde el empleo no asalariado explica una parte más amplia de la ocupación total son Extremadura (21,4%), Galicia (19,6%), Asturias (18,2%) y Castilla y León (18,1%). En toda España, la media es de un 15,5%. 

 

Empleo asalariado fijo y temporal

Otro ángulo desde el que se puede analizar la evolución del empleo asalariado es según sea la duración de su contrato: indefinida o temporal.

Todo el empleo asalariado creado en los últimos doce meses ha sido de carácter indefinido. En efecto, la contratación de 356.400 asalariados se desagrega en la incorporación de 387.900 personas con un contrato indefinido (+3,3%) y la supresión de 31.500 empleos de carácter temporal (-0,7%).

Los 16,8 millones de asalariados que hay en España en la actualidad se pueden descomponer en 12,3 millones de asalariados con contratos indefinidos y 4,5 millones con contratación temporal.

La tasa de temporalidad (proporción de asalariados temporales dentro del colectivo de asalariados) se ha reducido hasta el 26,7%, ocho décimas menos que un año antes.

Solo en seis autonomías se repite lo registrado en el total nacional, es decir, un alza de la contratación indefinida simultáneo a una caída de los empleos temporales. Entre ellas, destacan los contrastes registrados en Aragón (+10% interanual los asalariados fijos, el mayor incremento entre todas las autonomías, y -18,7% los temporales, la mayor caída a nivel autonómico), la Comunidad Valenciana (+5,5% y -4%, respectivamente) y el País Vasco (+4,2% los fijos y -8,9% los temporales).

En siete comunidades han crecido ambos colectivos de asalariados. Entre ellas sobresalen los casos de la Comunidad de Madrid (+4,3% el empleo fijo y +0,7% el temporal), Cataluña (+3,5% y +2,4%, respectivamente) y Andalucía (+2,5% los asalariados indefinidos y +1,3% los temporales).

Asturias y Navarra son las únicas regiones donde se ha reducido el empleo fijo al tiempo que se ha incrementado el temporal. En el caso asturiano, la caída interanual de un 2,8% en el empleo fijo (la más profunda entre todas las autonomías), ha sido acompañada de un aumento de un 2,3% en el número de asalariados temporales. En Navarra, la caída del primero es de un 1,1% en tanto que el incremento de los temporales ha sido de un 9% (el mayor aumento a nivel autonómico).

Canarias y La Rioja son otras dos comunidades con una situación particular: son las únicas que exhiben una caída simultánea en el colectivo de asalariados fijos y en el de temporales. En el archipiélago, el descenso interanual del empleo fijo ha sido de apenas dos centésimas. En cambio, la caída en la contratación temporal resulta significativa, de un 5,6%. En La Rioja, ambos descensos son moderados: -0,4% los fijos y -1% los temporales.

Extremadura (35,6%), Andalucía (35,1%) y Murcia (34,7%) son las únicas regiones en las que más de un tercio del total de asalariados trabaja con contratos temporales. En el extremo opuesto está Madrid, con un 19,4%, siendo la única en donde esta variable es inferior al 20%. Le siguen Aragón (21,6%) y Cataluña (22,8%).

La ocupación por sector económico

Si clasificamos el empleo en 11 ramas de actividad (Agricultura, Agua y Energía, Manufacturas, Construcción y siete ramas de Servicios), vemos que tres de ellas concentran casi 2 de cada 3 empleos en el conjunto de España. Ellas son Comercio y Hostelería (29,9% del empleo total), Administraciones Públicas y servicios sociales (21,8%) y Manufacturas (12,8%).

Estas mismas tres ramas de actividad son las que más empleos proveen en 12 comunidades autónomas, aunque no en todas ellas con la misma importancia relativa.

Canarias y Baleares se diferencian del resto por la mayor importancia de la rama de Comercio y Hostelería, que da cuenta, respectivamente, del 46,4% y del 42,7% de todos los puestos de trabajo. Al mismo tiempo, son las regiones donde el empleo de las Manufacturas tiene un peso más bajo (5% en Baleares y 3,6% en Canarias).

La situación inversa está representada por Navarra y La Rioja que son las autonomías donde el empleo de las Manufacturas alcanza su mayor importancia relativa (24,9% y 25,2%, respectivamente) y la del Comercio y Hostelería una relevancia más baja (21,8% en Navarra y 24,7% en La Rioja).

Las Actividades profesionales alcanzan un mayor desarrollo en la Comunidad de Madrid y en Cataluña, con un 14,6% y un 12,3% del empleo total, respectivamente.

Extremadura (28%) y Castilla y León (25,4%) son las regiones en las que el empleo de AA.PP. y servicios sociales ocupa un espacio mayor.

Extremadura (12,8%) y Murcia (11,7%) son los únicos casos en los que el empleo de la Agricultura, Ganadería y Pesca supera el 10% del total.

En el conjunto de España, siete de las once ramas de actividad han incrementado su ocupación a lo largo de los últimos doce meses a septiembre pasado, en tanto que en las restantes cuatro se ha producido un descenso del empleo. Actividades profesionales (+4,6% interanual) y Manufacturas (+4%) exhiben las variaciones más amplias. El mayor número de nuevos empleos corresponde a las Manufacturas (97.100).

Entre las cuatro ramas de actividad cuyo nivel de empleo ha caído, el peor resultado relativo es el de Actividades inmobiliarias, con una caída interanual de un 4,6%, que equivale a la pérdida de 7.300 puestos de trabajo (justo un año atrás era la rama que más crecía interanualmente, un 22,1%). Sin embargo, la mayor pérdida absoluta de puestos de trabajo se registra en Agricultura, ganadería y pesca, rama en la que se han perdido 22.200 empleos (-2,9%).

En todas las ramas de actividad hay comunidades autónomas en las que el empleo crece y otras en donde se reduce. El empleo en AA.PP. y servicios sociales es el que tiene una mayor base geográfica, pues ha aumentado en 13 regiones. Le siguen Manufacturas, Construcción e Información y comunicaciones, cuyo empleo ha crecido en 12 autonomías. El caso opuesto es el de Agricultura y ganadería, y Actividades inmobiliarias, ramas en la que el empleo ha descendido en 11 autonomías. 

Seis autonomías exhiben un incremento del empleo en 8 ramas de actividad. Son las regiones en las que el aumento de las contrataciones tiene un origen más diverso. Se trata de ambas Castillas, Extremadura, Murcia, Navarra y el País Vasco. El caso contrario es el de Asturias (la ocupación apenas ha crecido en tres ramas de actividad) y, en menor medida, el de Canarias, Cataluña y La Rioja, autonomías en las que solo cuatro ramas muestran una expansión del empleo.

Comparando el número de ocupados de septiembre último de cada rama de actividad con el del mismo mes de 2008, se advierte que hay seis con un incremento del empleo a lo largo de esos once años. Son Actividades inmobiliarias (+30,5%), AA.PP. y servicios sociales (+16%), Actividades profesionales (+11%), Agua y energía (+6,2%), Comercio y hostelería (+3,5%) e Información y comunicaciones (+0,9%).

En el otro lado, las ramas que sufren la mayor contracción del empleo en la última década son la Construcción (-47,5%), Finanzas y seguros (-17,2%) y las Manufacturas (-14,5%). En Servicios culturales y otros el nivel de ocupación es similar al de hace once años (un descenso de 1,8%). 

La diferente evolución en el empleo ha significado un cambio en la composición de la ocupación por ramas de actividad. En esencia, la Construcción y las Manufacturas han perdido una participación (5,4 y 1,7 puntos porcentuales, respectivamente) que ha sido ocupada por AA.PP. y servicios sociales, Comercio y Hostelería y Actividades profesionales (que han ganado 3,6 p.p., 2 p.p. y 1,4 p.p., respectivamente).

Las demás ramas de actividad (Finanzas y seguros, Información y comunicaciones, Actividades inmobiliarias, Agricultura, ganadería y pesca, Servicios culturales y otros, y Agua y energía), exhiben ahora prácticamente la misma participación que once años atrás (variaciones de hasta 4 décimas).

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