En los últimos años el teletrabajo se ha instalado en buena parte de las empresas españolas. Según datos de Statista, aproximadamente un 37,5% de las compañías del país ofrecen ya la posibilidad de teletrabajar en mayor o menor medida, posibilidad que están aprovechando alrededor de un 20% de los españoles. Las ventajas que el teletrabajo ofrece a los profesionales son sobradamente conocidas: flexibilidad, mejor aprovechamiento del tiempo, posibilidad de conciliar y ahorro de costes por desplazamientos son solo algunas de ellas.
Sin embargo, el teletrabajo también entraña riesgos, algunos de los cuales pueden afectar al nivel de compromiso de los profesionales e incluso a su salud. Dos de esos riesgos son la sensación de aislamiento y desconexión con el resto de la organización y el conocido como boreout, un fenómeno caracterizado por el aburrimiento extremo y la falta de motivación laboral.
Unos riesgos que, si no se detectan a tiempo y no se gestionan adecuadamente pueden acarrear, advierte Joan Pons, CEO de WorkMeter, consecuencias fatales tanto para la empresa como para el trabajador. «El teletrabajo tiene sus propios códigos, que son necesarios conocer. Y es que la otra cara de la libertad que ofrece el trabajo desde casa es, muchas veces, la sensación de aislamiento y falta de apoyo que surge al no tener contacto directo con compañeros y responsables. Ese riesgo obliga a gestionar el teletrabajo de tal manera que no solo garantice la eficiencia y la productividad, sino también el bienestar emocional de cada miembro del equipo “, destaca.
WorkMeter, la empresa especializada en soluciones digitales de registro automatizado de jornada y medición de tiempos y productividad ha emitido una serie de recomendaciones para evitar que los profesionales caigan en el aislamiento y el boreout cuando trabajan en remoto.
- Comunicación fluida. Si una comunicación constante y bidireccional es importante en cualquier situación laboral, lo es especialmente en un contexto deslocalizado en el que los mandos y los miembros de equipo no se encuentran físicamente en la misma ubicación y, en ocasiones, ni siquiera en el mismo huso horario. La comunicación a través de los distintos medios digitales con los que cuenta el trabajador, incluido el reporte automático de los tiempos de trabajo y los avances de los proyectos, es esencial para evitar desconectarse del resto del equipo.
- Feedback activo y reconocimiento. Dentro de esas dinámicas de comunicación, adquiere especial relevancia la retroalimentación con los mandos. El feedback con los jefes de equipo debe ser frecuente, fundamentado en datos objetivos y con una orientación positiva y focalizada en la mejora continua y en el reconocimiento de los logros obtenidos. De esta forma, el colaborador siente que sus esfuerzos no pasan desapercibidos, que la empresa lo valora y le tiene en cuenta.
- Objetivos claros y alcanzables. Cuando se trabaja desde casa es esencial que el teletrabajador/a sepa lo que se espera de él/ella y cuál es el valor y sentido de su contribución al proyecto. Trazar unos objetivos individuales claros, realistas y alcanzables, y saber vincularlos a los objetivos generales del proyecto, será imprescindible para mantener alta la motivación e implicación del profesional.
- Impulso de la autogestión. El teletrabajador tiende a sentirse aislado y a desconectar cuando no tiene una visión panorámica del proyecto en el que participa ni directrices claras acerca de cuál debe ser su contribución al mismo. Herramientas de medición de la productividad o de gestión de proyectos, como las de WorkMeter, fomentan la autogestión al facilitar información en tiempo real de los avances y nivel de desempeño de cada profesional. Este conocimiento no solo incrementa su autoestima y eficiencia, sino que permite crear una cultura de transparencia y confianza en la organización.
- Formación. Los teletrabajadores necesitan herramientas para poder desarrollar adecuadamente su trabajo en remoto. Herramientas, no solo en términos de tecnología y software, sino también en cuanto a la formación necesaria para saber usarlas correctamente. Programas de formación en disciplinas como autogestión y organización del tiempo ayudarán al trabajador a evitar el aburrimiento y la ansiedad de no saber cómo organizar sus jornadas.
- Hábitos saludables. Está demostrado que el teletrabajo entraña riesgos para la salud. Riesgos derivados del sedentarismo, el exceso de trabajo o una dieta inadecuada. La empresa puede contribuir a prevenir estos riesgos mediante recomendaciones y programas de beneficios centrados en la práctica de hábitos saludables, como hacer tablas de ejercicios, realizar pausas o seguir consejos de alimentación. De esta forma, se refuerza el compromiso del trabajador con un proyecto y una compañía que se preocupan por su bienestar y demuestran esa preocupación con acciones tangibles.
- Desconexión digital. En esa preocupación de la empresa por el bienestar de su plantilla la desconexión digital ocupa un lugar destacado. Y es que con frecuencia la flexibilidad laboral y la ausencia de horarios rígidos tienen la contrapartida de que al teletrabajador le cuesta desconectar y acaba teniendo la sensación de estar permanentemente trabajando. La consecuencia es ese temido boreout y, en casos graves, incluso problemas de salud mental. Las empresas pueden prevenir y evitar este tipo de situaciones poniendo medios que faciliten el derecho a la desconexión de sus teletrabajadores.
“Aplicaciones como las de WorkMeter, por ejemplo, pueden parametrizarse para que desconecten automáticamente al colaborador del sistema a partir de un determinado número de horas trabajadas. Además, la herramienta puede configurarse para enviar alertas personalizadas que fomentan la desconexión digital: avisa cuando la jornada ha llegado a su fin o cuando el empleado lleva demasiado tiempo frente al ordenador sin una pausa, ayudando así a establecer límites saludables en el trabajo”. señala al respecto Joan Pons.