24 de septiembre de 2025

El 80% de los directivos ya usa IA, pero solo un 30% la aplica en su trabajo

IA-INTELIGENCIA-ARTIFICIAL
  • Según el último informe de MIOTI Tech & Business School, 60 grandes directivos de RRHH y tecnología de 22 sectores estratégicos: automoción, banca, consultoría o retail, compartieron cómo están adoptando y percibiendo la Inteligencia A
  • ChatGPT domina tanto en la oficina como en casa, mientras Copilot gana terreno y Gemini no termina de despegar.
  • Más de la mitad de estos líderes cree que la IA sustituirá una parte de su trabajo, y por eso se están formando de manera autodidacta, en eventos o con programas académicos.
  • La eficiencia y la productividad convencen, pero las “alucinaciones”, los sesgos y la falta de regulación siguen siendo la gran sombra de esta revolución.

Europa se enfrenta a una paradoja en la adopción de la Inteligencia Artificial (IA). Mientras el 80% de los directivos hace un uso personal de esta tecnología, solo el 30% lo aplica en un entorno profesional. ChatGPT lidera entre las herramientas más empleadas, pero la falta de claridad, las dudas operativas y los riesgos percibidos continúan siendo barreras para su integración real en las empresas. Esta es una de las principales conclusiones del informe “El nuevo talento a explorar: los agentes de IA”, elaborado por MIOTI Tech & Business School a partir de las respuestas de 60 líderes de Recursos Humanos y Tecnología de 22 sectores distintos, en el marco del Data Talent Innovation Summit.

Más allá de esa brecha entre el uso personal y profesional, el estudio revela una incipiente segmentación del mercado de herramientas de IA. En el ámbito corporativo, casi la mitad de los líderes consultados ya utiliza Microsoft Copilot, consolidándose como una alternativa sólida a ChatGPT en los lugares de trabajo. En el terreno personal, sin embargo, la hegemonía de este último sigue siendo incuestionable.

Un futuro compartido: qué sustituirá la IA y cómo nos preparamos

Aunque solo un 6% de estos directivos cree que más de la mitad de su trabajo podrá ser reemplazado por la Inteligencia Artificial, la percepción general es que la transformación es inevitable y exige formación. La mayoría anticipa un impacto más limitado en sus funciones actuales: el 56% estima que entre el 1% y el 25% de su actividad podría ser asumida por estas herramientas, mientras que un 38% eleva esa cifra hasta el 50%.

Lejos de generar inmovilismo, esta percepción está impulsando un proceso de adaptación acelerado. Siete de cada diez líderes están aprendiendo a utilizar la IA de forma autodidacta, explorando sus posibilidades antes de implementarlas en sus equipos o invertir en formación especializada. La mitad complementa este aprendizaje con networking y participación en eventos profesionales, convencidos de que compartir experiencias es clave para avanzar. Además, uno de cada dos ya se ha implicado en proyectos prácticos con IA, y cuatro de cada diez han optado por formación académica reglada para reforzar sus competencias.

“El papel de los líderes de Recursos Humanos será clave, ya que son ellos quienes pueden explorar el potencial de la Inteligencia Artificial desde una visión global, capaz de traducirse en una cultura empresarial, programas de formación y planes de adopción alineados con la estrategia corporativa y las necesidades específicas de cada departamento”, señala Fabiola Pérez, CEO de MIOTI Tech & Business School. “En MIOTI trabajamos precisamente con ese enfoque, ofreciendo a directivos y equipos experiencias de aprendizaje aplicadas, con una visión transversal que va más allá de lo técnico y alcanza a todas las áreas de la organización. Solo así la IA puede convertirse en una competencia estratégica”.

Entre la fascinación y la decepción

El estudio también arroja luz sobre los beneficios que ya aporta la IA y las frustraciones que aún genera. Para un 40% de los encuestados, su principal ventaja es la eficiencia; un 30% subraya el impacto en la productividad y un 20% valora su capacidad para estimular la creatividad. Incluso un 10% asegura que le ayuda a superar el bloqueo de enfrentarse a la hoja en blanco. Sin embargo, junto a estos beneficios emergen también ciertas decepciones: las llamadas “alucinaciones” o errores en los resultados, la dificultad de aplicar técnicas avanzadas de prompting, respuestas repetitivas y funcionalidades de generación de imágenes que, por ahora, no están a la altura de las expectativas.

A estas limitaciones se suman preocupaciones de mayor calado, especialmente en torno a la seguridad, la ética y la regulación. La filtración o el uso indebido de datos encabeza la lista de riesgos percibidos, seguida por la falta de una normativa clara que establezca límites y responsabilidades. También generan inquietud los sesgos algorítmicos y la posible pérdida de control en procesos automatizados. Aunque la sustitución de empleos no se percibe como una amenaza inmediata, sigue presente en el horizonte de muchos responsables de talento.

Del diagnóstico a la acción: la hoja de ruta de MIOTI

MIOTI Tech & Business School no se limita a analizar la situación actual, también plantea una hoja de ruta práctica para que empresas y profesionales integren la Inteligencia Artificial de forma eficaz y responsable. Estas son sus recomendaciones a corto y medio plazo:

  • Experimentar antes de escalar: probar herramientas como ChatGPT, Claude, Copilot o Gemini en proyectos concretos, para identificar beneficios reales y limitaciones antes de extender su uso a gran escala.
  • Dominar el prompting: invertir en formación para redactar instrucciones eficaces, lo que permite obtener mejores resultados y minimizar errores o respuestas repetitivas.
  • Automatizar lo repetitivo: detectar procesos rutinarios en áreas como RRHH o negocio que pueden delegarse a la IA, liberando tiempo para tareas de mayor valor.
  • Crear agentes inteligentes adaptados al negocio: diseñar agentes personalizados que respondan a necesidades concretas (como asistentes documentales, generadores de informes o analistas conversacionales) y que integren fuentes internas, datos y flujos específicos de cada área con ejemplos.
  • Formación transversal y práctica: capacitar a toda la organización, no solo a perfiles técnicos, con programas que conecten directamente la IA con casos de uso del día a día.
  • Colaborar sin silos: integrar a equipos de datos, tecnología, negocio y personas en una misma estrategia de IA, evitando islas de conocimiento.
  • Medir impacto y redefinir roles: evaluar mejoras en eficiencia y productividad, y diseñar mapas de tareas que permitan crear perfiles híbridos adaptados al nuevo escenario.

“Los datos muestran que los líderes ya no se preguntan si usar o no inteligencia artificial, sino cómo hacerlo mejor. El futuro del talento no será competir con los algoritmos, sino dirigirlos para que se encarguen de lo rutinario mientras las personas se concentran en lo que de verdad aporta valor: criterio, creatividad y visión”, concluye Pérez.

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