En pleno auge de la inteligencia artificial, la forma en la que los más jóvenes aprenden también está evolucionando. Cada vez más familias y educadores descubren que las vacaciones no tienen por qué suponer una desconexión total del aprendizaje. De hecho, con el enfoque adecuado, pueden convertirse en el mejor momento para aprender por placer, explorar intereses personales y descubrir nuevas vocaciones. Y en este terreno, la IA tiene mucho que aportar. Así opina, Evolve, plataforma de educación tecnológica.
¿Por qué es importante seguir estimulando el aprendizaje durante las vacaciones?
El descanso es fundamental, pero la desconexión total del estímulo cognitivo durante periodos prolongados —como el verano— puede derivar en lo que se conoce como “desaprendizaje” o “summer slide”. Esto ocurre especialmente en estudiantes más jóvenes, quienes olvidan parte de lo aprendido durante el curso si no mantienen cierto nivel de práctica o curiosidad activa.
Estimular el aprendizaje durante las vacaciones no significa replicar el modelo escolar, sino todo lo contrario: aprovechar la libertad del verano para explorar intereses reales, jugar con el conocimiento, desarrollar habilidades sin presión y recuperar el placer de aprender por aprender. Y aquí la IA abre un abanico inmenso de posibilidades, desde herramientas que se adaptan al ritmo y estilo de cada alumno, hasta entornos donde se aprende creando, investigando o resolviendo retos reales.
Tipo de contenidos o experiencias que ofrece la IA
Como describe Evolva, una de las grandes virtudes de la IA aplicada a la educación es su capacidad para combinar contenido académico con experiencias lúdicas y creativas. Existen plataformas que permiten desde aprender a programar videojuegos hasta crear obras de arte con algoritmos generativos, diseñar chatbots, explorar conceptos matemáticos con visualizaciones interactivas o resolver problemas de ciberseguridad mediante simulaciones.
Además, la IA permite personalizar la experiencia educativa: adapta la dificultad, ofrece feedback inmediato y detecta patrones de interés. Esto favorece un aprendizaje más autónomo y motivador, alejado de la rigidez tradicional.
Durante las vacaciones, muchos estudiantes aprovechan estas herramientas para experimentar con contenidos que no suelen estar en el currículo: robótica, inteligencia artificial, diseño 3D, edición multimedia, automatización, etc. Se abre así una vía muy potente para estimular vocaciones STEM, pensamiento crítico y creatividad.
Además, apuntan que, la mayoría de plataformas y experiencias basadas en IA para estudiantes están pensadas para niños y niñas a partir de los 10-12 años. En esta franja ya existe cierta autonomía digital y capacidad para explorar entornos interactivos, aunque también hay propuestas adaptadas para primaria (con lenguaje visual o narrativas gamificadas).
Más allá de la edad, lo importante es el diseño pedagógico de la experiencia: debe ser intuitiva, accesible, con retos adaptativos y acompañamiento. En secundaria y bachillerato, el potencial es aún mayor, ya que se puede profundizar en habilidades técnicas (como Python, SQL o lógica computacional) o aplicar la IA a proyectos reales.
No obstante, el enfoque no está limitado a un nivel escolar concreto. Incluso en entornos postsecundarios o de reorientación profesional, estas herramientas permiten seguir aprendiendo de forma ágil y personalizada.
¿Qué impacto se ha observado en estudiantes que utilizan IA en verano o durante recesos escolares?
Los efectos son positivos en varios niveles, opinan. Por un lado, se reduce el impacto del «olvido veraniego», especialmente en competencias clave como la lógica, la comprensión o la expresión escrita. Pero más allá del refuerzo académico, se observa un aumento en la autoestima digital, el pensamiento crítico y la motivación por aprender.
Muchos estudiantes descubren nuevas áreas de interés que luego quieren seguir explorando durante el curso. Otros desarrollan habilidades prácticas que les hacen sentirse más preparados para el futuro. En algunos casos, estas experiencias han sido el detonante de vocaciones tech o científicas, sobre todo cuando se combinan con metodologías activas como el aprendizaje basado en proyectos.
También es importante destacar el impacto en la autonomía: al estar menos dirigidas que las clases tradicionales, las experiencias educativas con IA fomentan la toma de decisiones, la autorregulación y la curiosidad genuina.
Evolve no es solo una plataforma de aprendizaje, sino un sistema integral de formación tecnológica. A diferencia de otras apps que se centran en ejercicios automatizados o contenidos estándar, Evolve apuesta por una formación experiencial, conectada con el mundo real y con un fuerte componente de innovación.
Sus itinerarios combinan fundamentos técnicos con herramientas emergentes (como generación de imágenes, automatización o voz con IA), todo ello con una orientación clara hacia la empleabilidad y la creatividad. Además, cuenta con una comunidad activa, profesores en directo y proyectos prácticos que permiten aplicar lo aprendido en contextos reales.
En lugar de competir con el colegio, Evolve amplía el mapa educativo hacia un terreno donde la tecnología se convierte en medio de exploración, no en fin en sí mismo, informan.
Planes para el futuro, especialmente considerando el crecimiento de la IA en educación
En Evolve insisten en que el crecimiento de la IA en el sector educativo es imparable. Las nuevas generaciones no solo aprenderán con IA, sino que aprenderán sobre IA. Por eso, uno de los objetivos de futuro es integrar este tipo de formación desde edades tempranas, fomentando una cultura crítica y ética en el uso de estas tecnologías.
¿Qué novedades trae el sector de cara al próximo curso?
Según Evolve se esperan avances significativos en varios frentes:
- Microaprendizaje personalizado: píldoras formativas adaptadas al ritmo y perfil del alumno.
- Copilotos educativos: asistentes con IA generativa que ayudan a aprender resolviendo dudas, explicando conceptos o proponiendo actividades complementarias.
- Gamificación aumentada: entornos cada vez más inmersivos que mezclan juego, narrativa y desarrollo de competencias.
- Educación emocional con IA: herramientas que detectan frustración, motivación o cansancio para adaptar el acompañamiento.
- Alineación con el mundo laboral: aprendizaje cada vez más enfocado en habilidades reales, con certificaciones prácticas y conexión con oportunidades profesionales.
En definitiva, el próximo curso será clave para consolidar un nuevo modelo donde la educación no se detiene en vacaciones, sino que evoluciona con ellas.