En plena era de la sostenibilidad digital, las organizaciones siguen ignorando una parte crítica de su huella ecológica: la explotación de sistemas. Stratesys, multinacional tecnológica referente en transformación digital, lanza una llamada de atención sobre este “impacto invisible” que genera emisiones constantes derivadas del mantenimiento de servidores, software en producción e infraestructuras cloud.
RUN —el conjunto de actividades que garantizan la operatividad 24/7 de las plataformas digitales— consume energía, genera emisiones y deja una huella de carbono silenciosa pero persistente. El problema es que, al tratarse de emisiones indirectas (alcances 2 y 3 del Green House Gas Protocol, debido al consumo energético de servidores propios y de infraestructuras cloud de terceros.), muchas empresas ni siquiera las miden.
Además, el consumo energético de los sistemas no depende solo del hardware o el proveedor cloud, sino del propio comportamiento del software. Una aplicación ineficiente implica mayor uso de CPU, red y almacenamiento, elevando el consumo energético sin que se perciba.
Software Carbon Intensity: medir para transformar
Para dar visibilidad y control a este impacto, Stratesys promueve el uso del marco SCI, desarrollado por la Green Software Foundation. Este estándar permite calcular las emisiones derivadas del software en producción, midiendo variables como el uso de CPU, tráfico de red y CO₂ equivalente, y relacionándolos con la funcionalidad entregada.
Medir la huella de RUN permite no solo identificar ineficiencias, sino también optimizar costes operativos, cumplir con normativas y demostrar compromiso climático ante clientes, reguladores e inversores.
Una oportunidad para liderar en sostenibilidad tecnológica
La falta de medición en RUN no es solo un vacío técnico, sino cultural. Esta área sigue siendo vista como meramente operativa, cuando en realidad puede convertirse en una palanca estratégica de sostenibilidad. Las organizaciones que integren RUN en sus métricas ESG (Environmental, Social and Governance) estarán mejor preparadas para liderar en un mercado donde la sostenibilidad digital ya no es una opción, sino una obligación.
“El RUN de Sistemas no puede seguir siendo invisible. Medir su impacto es el primer paso para gestionarlo y convertirlo en una ventaja competitiva en la nueva economía digital sostenible”, concluye Blas Calatayud, socio director responsable del Centro de Competencia de Servicios RUN de Sistemas.