EY ha acogido hoy en su sede de Madrid la presentación del informe ¿Qué piensan los jóvenes españoles sobre las STEM?, elaborado por el Observatorio STEM de la Fundación ASTI. El estudio, que analiza la relación de los jóvenes con las disciplinas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), revela que un 76% de los estudiantes entre 14 y 18 años manifiesta algún grado de ansiedad ante el aprendizaje de las matemáticas.
El informe analiza la denominada identidad STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) de los jóvenes escolarizados en 3º y 4º de ESO y de Bachillerato a través de cinco variables: 1) el rendimiento académico en áreas STEM; 2) el contexto y las expectativas familiares hacia las STEM; 3) la afección hacia las STEM (tanto hacia las matemáticas como hacia las ciencias); 4) la experiencia de aprendizaje de las STEM en el centro educativo; y 5) las variables asociadas a la orientación académica y profesional.
Matemáticas y ciencias: confianza y rendimiento desiguales
El estudio revela, por ejemplo, que los chicos disfrutan más con el aprendizaje de las matemáticas, pero también es mayor el grupo de los que sienten desafección hacia ellas. Así, al 14% de las chicas les gusta mucho aprender matemáticas, frente al 17,5% de los chicos; al 51,5% les gusta “algo”, frente al 50,5% de los chicos; y al 34,5% nada, frente al 32% de los chicos.
La diferencia de confianza entre mujeres y hombres es más una cuestión de autoconcepto y no responde a los resultados académicos en las materias STEM, donde las chicas se imponen con carácter general tanto en ESO como en Bachillerato, con excepción de la asignatura de matemáticas.
De igual modo, las matemáticas siguen siendo la materia con un rendimiento más bajo en ambos géneros durante el Bachillerato.
El valor de un buen profesor
Dentro de la experiencia de aprendizaje de las STEM, el profesorado es la variable más relevante. Así lo indican los jóvenes encuestados, que consideran que lo más importante es el conocimiento del profesor (85%), seguido de su metodología (84%) y motivación (80%).
Por el contrario, consideran poco relevantes factores como el porcentaje de chicos/chicas en clase o el género del profesor.
Si bien las diferencias que se observan en su gusto por el aprendizaje, su confianza y el rendimiento académico son de índole menor, la brecha se ensancha cuando se abordan las preferencias en sus futuros estudios universitarios.
Así, las carreras TIC son la opción escogida del 11,5% de chicos, frente al 1,5% de chicas y las ingenierías atraen al 25,5% de hombres frente al 4% de mujeres. Cifras que se aproximan cuando hablamos de grados de Ciencias (13,5% de chicas quieren estudiar una de estas carreras, frente al 11% de los chicos), y se invierten por completo en las Ciencias de la Salud, opción preferida para su futuro profesional por el 36,5% de las jóvenes y que solo atrae a un 18,5% de sus compañeros varones.
¿Qué motiva a los jóvenes a elegir las distintas profesiones?
Con carácter promedio, las tres variables con mayor valoración porcentual por parte de las estudiantes respecto a la influencia que tienen en su toma de decisiones a nivel de orientación académica y profesional son, por este orden: 1) La felicidad en el trabajo (un 87,5% la valoran como extremadamente importante o muy importante); 2) La pasión y el gusto por el aprendizaje (un 84,5% los valoran como extremadamente importante o muy importante); 3) El sueldo (un 77% lo valoran como extremadamente importante o muy importante).
Por debajo de estas tres se sitúan por orden decreciente: las aptitudes para las matemáticas y las ciencias (63%), el impacto de los estudios en la transformación del mundo (44,5%), la opinión de los padres (43,5%), y ser referente para otros (41,5%).