6 de mayo de 2024
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Más de 12.000 trabajadores malagueños se apuntan al INEM para cambiar de empleo

Más de 12.000 trabajadores malagueños se apuntan al INEM para cambiar de empleo

Sus nombres engrosan las listas del paro del Servicio Público de Empleo. Eso sí, en su caso, por circunstancias muy dispares a las que atraen a estas oficinas al grueso de desempleados malagueños. Se trata de personas que, pese a tener un puesto de trabajo, buscan uno mejor. Una oportunidad para subir de escalón, para engordar sus nóminas o, simplemente, para sentirse realizados profesionalmente.

A finales del pasado mes de octubre -último dato disponible- la delegación provincial del antiguo INEM contabilizaba en su base de datos a 12.771 malagueños como demandantes de empleo ocupados. Esto es, trabajadores insatisfechos que persiguen bien una mejoría laboral, bien un pluriempleo con el que maquillar su precariedad y aumentar sus ingresos.

En este 'ranking' de empleados a disgusto los operadores de máquinas de oficina, trabajadores domésticos, dependientes de comercio y personal vinculado a la hostelería y a la restauración ocupan los lugares preferentes en la tabla del INEM. Por sexo y edad, el perfil de desocupados descontentos lo constituyen mujeres (el 66%) y más de la mitad (el 56%) menores de 45 años. Fuentes de los sindicatos coinciden en señalar que junto a las féminas, los jóvenes y los universitarios acaparan la mayoría de insatisfechos con su situación laboral. «Las nuevas generaciones mileuristas no se sienten realizadas con sus puestos de trabajo ya que éstos les impiden independizarse», señala el secretario provincial de UGT, Manuel Ferrer.

Titulados descontentos

En esta línea, el servicio de inserción laboral de la Universidad de Málaga calcula que uno de cada tres titulados inscritos en sus ficheros como demandantes de empleo buscan un trabajo mejor al que ya tienen. «El problema al que se enfrentan los universitarios es que al finalizar sus estudios la mayoría no logra un puesto adecuado a su formación y se mete en lo que sea. Esto es contraproducente para el mercado de trabajo, ya que se está perdiendo mucho potencial», comenta Soledad Garbero, secretaria de empleo de CC. OO., en Málaga.

El delegado provincial de Empleo del Gobierno andaluz, Juan Carlos Lomeña, redunda en el argumento del desfase entre formación y trabajo. «La mayoría de demandantes ocupados son personas insatisfechas porque tienen un empleo que no se corresponde con su categoría profesional», apunta Lomeña.

Junto a esta realidad, Garbero explica que la insatisfacción laboral se ceba en la misma medida con los empleados con contratos a tiempo parcial, «ya que al ser trabajos con salarios bajos, quienes los firman suelen buscarse otra cosa para compatibilizarlos». La inestabilidad que rige el mercado de trabajo, «un mal endémico del sistema que se agudiza en el caso de Málaga» -según la responsable sindical de CC. OO.- también pone su granito de arena en el descontento de los trabajadores, «hartos de firmar contratos temporales», añade Garbero.

Manuel Ferrer, secretario provincial de UGT, agrega un ingrediente más al problema de la insatisfacción: la reducción de las posibilidades de promoción. Según este experto,entre 2001 y 2005 estas expectativas han caído del 42% al 29%. ¿Sus consecuencias? Él mismo las detalla: «Al no tener perspectivas de progresar en la compañía los trabajadores ponen las miras en otra empresa», asegura.

Una cifra más amplia

Respecto a la cifra que arroja el antiguo INEM, Ferrer matiza que sólo representa a un porcentaje residual de trabajadores disconformes: los que acuden a inscribirse como tales en el registro de este organismo. Así, frente al dato de 12.000 empleados, Ferrer calcula que el descontento puede afectar de un modo u otro al 40% de los empleados malagueños, «principalmente a los ocupados en sectores productivos, comercio, hostelería y administraciones públicas», apostilla.

Entre los factores que propician esta falta de interés por el empleo, Ferrer cita el clima laboral, la relación con los jefes, el salario o la percepción de no sentirse útil dentro de la compañía. «Para evitar las fugas es clave que el empleado se sienta parte del negocio», dice al tiempo que recuerda que un trabajador insatisfecho rinde menos.

http://www.diariosur.es/prensa/20061213/malaga/trabajadores-malaguenos-apuntan-inem_20061213.html

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