La Semana Europea de la Movilidad, que se celebra estos días, busca concienciar sobre la importancia de cambiar los hábitos de transporte hacia opciones más sostenibles. El uso del transporte público, la bicicleta o incluso caminar se presentan como alternativas al vehículo privado para avanzar hacia ciudades más limpias y habitables. Sin embargo, estas jornadas también ponen el foco en el papel que debe desempeñar el tejido empresarial, llamado a integrar la movilidad sostenible en su estrategia como un compromiso ineludible.
En España, el transporte por carretera es el mayor generador de emisiones de CO2, representando el 34% del total. Desde 1990, estas emisiones se han incrementado un 63%, según un informe publicado por Carbon Hub Liken a finales de 2024. Con estos datos sobre la mesa, las corporaciones enfrentan un doble desafío: reducir la huella ambiental tanto en el transporte de mercancías como en los desplazamientos de sus empleados. Una tarea que adquiere urgencia con la inminente entrada en vigor de la Ley de Movilidad Sostenible, que obligará a las grandes empresas a incluir estrategias específicas para reducir la huella de carbono.
En este sentido, la movilidad compartida se está consolidando como una opción destacada para las grandes y medianas corporaciones. En nuestro país ya existen casos de éxito que reflejan sus beneficios en sectores muy diversos, gracias a soluciones de movilidad bajo demanda como la que ofrece la empresa española Celering, que facilita el carpooling entre trabajadores.
Algunos casos que confirman el éxito de implementar estrategias de movilidad compartida
La movilidad compartida puede traducirse en ahorro y eficiencia. Un ejemplo es el del grupo hotelero canario Ashotel, que logró reducir un 43% los costes de desplazamiento, gracias a una menor dependencia del vehículo privado y al ahorro en combustible, además de disminuir en un 64% sus emisiones de CO2. Por otra parte, las mutuas sanitarias, que cada día gestionan cientos de traslados de pacientes a consultas y tratamientos, han optimizado sus rutas para fomentar trayectos compartidos. Gracias a esta medida, hasta un 42% de los desplazamientos se realizaron de manera conjunta, lo que supuso un 23% menos en costes logísticos y una reducción del 22% en emisiones de CO2.
Un modelo de negocio que pone el foco en el bienestar social
En un contexto en el que la sostenibilidad ya no es una opción sino una exigencia social y económica, cada vez más empresas integran la movilidad en su plan de negocio como un eje estratégico. Apostar por soluciones de transporte sostenible no solo contribuye a mitigar el cambio climático y a mejorar la calidad del aire, sino que también genera ahorros significativos en combustible, mantenimiento y logística. Al mismo tiempo, favorece el bienestar de los trabajadores al ofrecer alternativas más seguras, saludables y eficientes para desplazarse, lo que se traduce en mayor productividad y en una imagen corporativa alineada con las demandas de clientes e inversores.
Integrar la movilidad sostenible en la estrategia empresarial no solo es posible, sino que ofrece resultados medibles en cuanto a ahorro, eficiencia y bienestar. En este camino, iniciativas como las de Celering, especializada en soluciones de transporte bajo demanda, compartido y sostenible, contribuyen a facilitar la transición hacia modelos más responsables, ayudando a las organizaciones a optimizar sus desplazamientos y a reducir su huella de carbono.