Los últimos días de vacaciones suelen venir acompañados de cierta tensión o nerviosismo. La vuelta a la rutina, que para muchos representa casi un nuevo comienzo de año, puede convertirse en un verdadero reto tras varias semanas de descanso y desconexión. Este proceso de adaptación, si no se maneja adecuadamente, puede generar síntomas como la ansiedad o la apatía. Sin embargo, con estrategias adecuadas y una actitud positiva, este regreso puede convertirse en una oportunidad para replantear objetivos y establecer nuevas rutinas más saludables.
En este sentido, Silvia Morales, psicóloga del área infanto-juvenil y adulto del hospital Hospiten Roca, considera que “es importante que los fines de semana y días libres, que son los destinados al descanso, los dediquemos a recargar las energías agotadas durante la semana”.
“La readaptación a la rutina laboral después de un período de vacaciones, que suele durar entre un día y dos semanas, es normal, ya que este regreso implica un proceso de adaptación que todos debemos superar”, detalla Morales. Por ello, es esencial enfocar el regreso al trabajo o la vuelta al colegio como una etapa natural tras el descanso, una oportunidad de retomar la vida activa y de seguir creciendo en lo profesional y en lo personal.
Para hacer más llevadero este regreso, la organización es una herramienta clave. Planificar tareas, asumirlas de forma progresiva y ponerse al día con calma resulta fundamental. “Trabajaremos la motivación hacia el trabajo con una serie de claves, tales como mantener una actitud positiva (decorar el escritorio/espacio de trabajo, poner fotos y elementos nuevos, añadir color…). Entender que la rutina laboral también puede incluir experiencias placenteras, como hacer deporte, mantener una buena alimentación y realizar actividades saludables, es fundamental. Para ello, es necesario poner orden en la vida, planificar los días y reservar un espacio dedicado a uno mismo”.
También puede ser útil plantearse nuevos objetivos y metas, que aporten motivación y un sentido renovado a la rutina.
De igual modo, una vez terminada la jornada, dedicar tiempo a actividades que resulten placenteras ayuda a equilibrar el día y evitar que éste gire únicamente en torno al trabajo. “Es fundamental establecer límites entre trabajo y vida personal, modular las expectativas y cuidar el descanso y el sueño para mantener el equilibrio y bienestar emocional que necesitamos”, apunta Morales.
Además, la psicóloga expone que es recomendable “evitar tomar largos periodos vacacionales, ya que mientras más largo sea el periodo de vacaciones, mayor será la resistencia en la vuelta al mismo”.
La vuelta a la rutina en los más pequeños
Paralelamente, en la vuelta a las clases de los niños, llevar a cabo una adaptación gradual es esencial. Para ello, es recomendable ajustar los horarios de sueño y comidas unos días antes de la vuelta a las aulas, adelantando las horas progresivamente. Así, fomentar hábitos saludables mediante una rutina equilibrada y actividad física regular, puede ayudar a los niños en la reincorporación a la rutina.
En definitiva, se debe intentar que el cambio de las vacaciones al trabajo o a la vuelta al colegio sea lo más gradual posible.