El Congreso de los Diputados ha frenado la tramitación de la propuesta para reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. La iniciativa, proyecto del Ministerio de Trabajo que dirige Yolanda Díaz, quedó descartada tras un intenso debate parlamentario y la suma de votos de las formaciones de la derecha.
La sesión estuvo marcada por una tensión poco habitual y por un enfrentamiento inédito entre el Gobierno y Junts, que decidió no respaldar la medida. La falta de apoyos resultó determinante para que la Cámara Baja rechazara un proyecto que el Ejecutivo defendía como un paso hacia la modernización de las relaciones laborales y la mejora de la conciliación.
Desde el Ministerio de Trabajo, Yolanda Díaz había insistido en que la reducción de la jornada era una reforma necesaria para adaptar España a los estándares europeos y mejorar la productividad sin merma salarial.
Por su parte, la oposición argumentó que la medida generaría un impacto negativo en la competitividad de las empresas y supondría un coste elevado para la economía.
La principal medida que Yolanda Díaz prevé impulsar tras la caída de este proyecto será la eliminación del registro de jornada en papel y bolígrafo. Este sistema, todavía habitual en muchas pymes y en sectores como la construcción, es considerado poco fiable y fácilmente manipulable por las empresas que buscan esquivar los controles.
Las patronales lo celebran
Las patronales celebraron ayer que la propuesta de reducción de jornada impulsada por el Gobierno no lograra superar el trámite parlamentario. Tanto CEOE como CEPYME destacaron que, con esta decisión, se evita un fuerte impacto negativo en la economía, el empleo y los propios consumidores.
Construcción, hostelería, comercio iban a ser los sectores con más trabajadores afectados. La patronal estima que, de haberse aprobado, los costes para las compañías habrían aumentado un 7%.