Compartir coche ya no es solo cosa de lunes a viernes ni de oficina a casa. En un momento en que las ciudades se expanden, las rutas se diversifican y el transporte público no siempre llega donde se necesita, el coche compartido para distancias cortas está ganando protagonismo en múltiples contextos urbanos. Universitarios, profesionales con horarios flexibles, trabajadores de fines de semana, asistentes a eventos o estudiantes de FP están impulsando una nueva ola de carpooling que no entiende de horarios fijos ni trayectos repetidos.
Esta nueva movilidad colaborativa responde a una necesidad real: moverse mejor en un entorno urbano denso, caro y cambiante, donde compartir trayecto es una forma de recuperar el control sobre cómo, cuándo y con quién moverte, sin depender de horarios ni colapsos.
Durante mucho tiempo, el carpooling se ha asociado casi exclusivamente al ámbito laboral. Pero en los últimos años, su uso ha evolucionado con rapidez. Hoy, cada vez más personas lo utilizan para ir a clase, acudir a entrenamientos, llegar a un hotel para su turno de noche, asistir a un evento o simplemente cubrir una ruta donde el transporte público no llega. La flexibilidad horaria, el ahorro compartido y el sentido de comunidad han impulsado este cambio de mentalidad.
En un contexto de movilidad fragmentada, compartir coche se ha convertido en una solución accesible y adaptable a las nuevas formas de vida urbana. Jóvenes sin vehículo propio, personas que viven en la periferia, trabajadores con jornadas no convencionales o vecinos que hacen trayectos similares en su día a día: todos ellos están encontrando en el carpooling una herramienta útil para desplazarse de forma más sostenible y asequible.
Además, cada vez más organizaciones —más allá del mundo corporativo— están integrando el coche compartido como parte de sus estrategias de movilidad: universidades, centros formativos, cadenas hoteleras, polideportivos, eventos culturales o ayuntamientos están activando plataformas de carpooling para facilitar el acceso a sus espacios y descongestionar las ciudades.
Una movilidad más humana para una ciudad más conectada
El coche compartido ya no es solo una forma de llegar al trabajo. Es una herramienta para reconectar territorios, mejorar la conciliación, reducir costes y construir ciudades más inclusivas. Una forma de moverse más libre, más económica y más responsable.
“Creemos que el carpooling tiene el potencial de transformar no solo cómo nos movemos al trabajo, sino cómo nos relacionamos con nuestra ciudad. Compartir coche significa hacer más accesible, eficiente y humana la forma en que nos desplazamos cada día”, concluye Paloma Martín, CEO y cofundadora de Hoop Carpool.