20 de julio de 2025

Cinco deportes para practicar de manera inclusiva este verano

  • Voleibol, atletismo, natación, tiro con arco y piragüismo son algunas de las disciplinas que se pueden practicar en esta época
  • La inclusión en el deporte promueve valores como la cooperación, la empatía y el respeto

El verano es una gran oportunidad para mantenerse activo y disfrutar de actividades deportivas al aire libre. Muchas personas aprovechan esta época para descubrir nuevos deportes o recuperar el hábito de realizar actividad física. En este contexto, el deporte inclusivo adquiere un papel fundamental, porque permite que personas con y sin discapacidad compartan espacios y experiencias en igualdad de condiciones.

En las modalidades inclusivas, las normas se ajustan para que cualquier persona pueda participar. El resultado son actividades dinámicas y accesibles para todos. “El objetivo no es crear espacios separados, sino construir un modelo deportivo en el que todas las personas puedan participar de manera conjunta. Adaptar las reglas con un enfoque inclusivo elimina barreras y abre la puerta a una forma de entender el deporte más abierta y enriquecedora”, señala Javier Pérez, director de la Cátedra “Fundación Sanitas” de Estudios sobre Deporte Inclusivo.

En este sentido, los expertos de la Cátedra “Fundación Sanitas” de Estudios sobre Deporte Inclusivo detallan algunas formas de adaptar cinco disciplinas para que este verano sea una ocasión perfecta para practicar deporte inclusivo:

  • Voleibol:puede practicarse de forma inclusiva modificando diferentes aspectos tanto de reglamento como de espacio o material, como reducir la altura de la red, permitir más de un toque consecutivo o adaptar el número de jugadores por equipo. Las personas con movilidad reducida pueden participar desde posiciones estáticas. Una de las modalidades más utilizadas en el Programa Deporte Inclusivo en la Escuela es el voleibol sentado, donde todas las personas participantes están sentadas en el suelo, reduciendo las medidas del campo y la altura de la red.
  • Atletismo:algunas disciplinas, como las carreras cortas, el salto de longitud o los relevos, se adaptan para que personas con y sin discapacidad compartan la pista, con ajustes en distancias, tiempos y modalidades. Se pueden organizar pruebas inclusivas en la playa o en circuitos urbanos, con categorías mixtas y salidas por grupos, siempre manteniendo la seguridad de las personas participantes. Si hay participantes en silla, hay que respetar la distancia de seguridad con las personas a pie para evitar accidentes.
  • Natación:tanto en mar abierto como en piscina, la natación permite pruebas inclusivas mediante el uso de apoyos como elementos de flotación o asistentes si se requieren, por ejemplo a la hora de entrar o salir del agua. Las distancias y estilos (libre, espalda, braza o mariposa) se mantienen, pero el enfoque se centra en la accesibilidad y la inclusión. En el caso de la natación inclusiva, cada participante compite contra el récord del mundo de su categoría, por lo que no importa el orden en el que lleguen a la meta, sino el tiempo que tardan en realizarlo. Así, una persona que ha llegado penúltima, puede que realmente haya ganado la carrera, lo que hace estas carreras inclusivas mucho más interesantes.
  • Tiro con arco:las categorías se unifican y las distancias o puntos de referencia se ajustan según las necesidades de los deportistas. En una misma línea de tiro pueden coincidir personas de pie, sentadas o con apoyos, siempre bajo las mismas normas generales. El sistema de puntuación y el formato de competición es el mismo para todas las personas participantes.
  • Piragüismo:esta disciplina se adapta fácilmente con kayaks dobles, asientos ergonómicos o estabilizadores. Las embarcaciones pueden compartirse entre personas con y sin discapacidad para disfrutar de entornos naturales como ríos, lagos o el mar. Es una opción ideal para fomentar la coordinación, la cooperación y el equilibrio.

“Más allá de los resultados o la técnica, el deporte inclusivo nos recuerda que lo verdaderamente importante es participar en igualdad, compartiendo espacios y momentos que nos unen. Iniciativas como esta, no solo abren la actividad física a más personas, sino que también transmiten valores esenciales como la cooperación, la empatía y el respeto, tanto dentro como fuera del terreno de juego”, concluye Javier Pérez, director de la Cátedra Fundación Sanitas de Estudios sobre Deporte Inclusivo.

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