¿Te ha pasado alguna vez que entras en un nuevo equipo y, sin darte cuenta, empiezas a ocupar cierto lugar?
Tal vez eres quien suele proponer ideas nuevas, o quien modera las tensiones, o quien se encarga de que todo salga a tiempo. No es casualidad. Es comportamiento.
En los equipos, cada persona aporta algo más que su conocimiento técnico o su experiencia. Aporta un rol natural, una forma de estar, de interactuar, de activar dinámicas colectivas. Y lo más interesante es que ese rol no siempre coincide con tu cargo o tu posición profesional. No lo defines tú: lo revelan tus acciones, tus decisiones cotidianas, tu manera de contribuir al grupo.
Los equipos no fallan por falta de talento, sino por falta de equilibrio. En ETBO llevamos años estudiando esto. Observamos más de 50 comportamientos clave en entornos laborales reales. Y descubrimos que existen 8 roles de equipo naturales que emergen cuando las personas trabajan juntas. No son arquetipos rígidos, ni etiquetas. Son funciones necesarias para que un equipo avance, innove, se adapte y logre resultados sostenibles.
Y aquí viene lo interesante:
- Cuando un equipo tiene demasiados perfiles similares, pierde agilidad, creatividad o foco.
- Cuando un equipo desconoce sus propios roles, aparecen tensiones, sobrecargas o silencios.
- Pero cuando un equipo reconoce y potencia sus roles naturales, todo cambia. Se distribuyen las energías, se entiende el valor de cada uno, y el equipo empieza a funcionar como un sistema, no como una suma de individualidades.
¿Cuáles son esos 8 roles naturales?
En ETBO identificamos comportamientos bajo estos 8 grandes ejes de contribución. Quizás te reconozcas en alguno (o en varios):
- Dinamizador: desbloquea el equipo, pasa a la acción.
- Analítico: aporta visión global, detecta riesgos, va a la evidencia.
- Metódico: cuida los detalles la calidad y la precisión.
- Coordinador: organiza, delega bien y ubica a cada persona en su mejor lugar.
- Cohesionador: genera sentimiento de pertenencia y buen clima, suaviza tensiones improductivas.
- Conector: abre puertas, busca recursos, trae oportunidades del exterior.
- Creativo: rompe esquemas, crea nuevas perspectivas y paradigmas.
- Realizador: transforma ideas en acciones, hace que las coses pasen.
Cada uno es necesario. Ninguno es mejor que otro. Lo importante es saber qué rol estás ejerciendo, cómo se complementa con los demás, y qué necesita ese equipo en ese momento.
Desde ETBO ayudamos a las organizaciones a ver lo que a veces no se ve: los patrones que se repiten, los roles que faltan, las fuerzas invisibles que impulsan (o bloquean) al equipo.
Lo hacemos con ciencia, datos, observación y una metodología validada que ya se está aplicando en startups, multinacionales, universidades y organizaciones en transformación.
¿El primer paso? Descubrir tu rol natural
Porque cuando sabes lo que aportas, también entiendes mejor lo que necesitas.
Y cuando un equipo entiende eso, empieza a funcionar como un verdadero equipo.
¿Y tú? ¿Sabes qué papel juegas en equipo?