El liderazgo consciente es una tendencia que gana relevancia en el management como palanca del crecimiento organizacional. Este estilo de liderazgo parte de la idea de que para poder guiar a un grupo humano es imprescindible conocer muy bien las fortalezas y debilidades de todos sus miembros, empezando por uno mismo, es decir, por las del propio líder. Entre las ventajas de este sistema destaca su orientación al aprendizaje continuo, su capacidad de adaptación a diferentes circunstancias y la conexión profunda que permite establecer con los miembros del equipo.
Sin embargo, para que ese estilo de liderazgo pueda desarrollarse en las empresas, es esencial que sus líderes cuenten con herramientas que faciliten ese pleno conocimiento interno. “Para practicar el liderazgo consciente es imprescindible que la organización tenga un conocimiento exhaustivo y actualizado de los recursos con los que cuenta. De esta forma, podrá tomar decisiones orientadas a potenciarlos y/o corregir posibles carecías. Y ese tipo de conocimiento solo lo pueden dar las herramientas digitales de medición del tiempo”, destaca Joan Pons, CEO de WorkMeter.
WorkMeter, la empresa especializada en soluciones tecnológicas de registro horario, control de tiempo y medición de la productividad ha identificado 8 vías a través de las cuales las herramientas de medición del tiempo potencian el liderazgo consciente en las organizaciones. Y es que, asegura, Pons, “soluciones como las que desarrollamos en WorkMeter proporcionan una base objetiva desde la que tomar decisiones fundamentadas en datos, impulsar relaciones laborales más transparentes y empoderar a los equipos”.
8 maneras en las que la medición del tiempo permite practicar un liderazgo consciente
- Mejora la eficiencia. Las herramientas de medición aportan visibilidad objetiva sobre el uso del tiempo por parte del equipo. Ayudan a identificar aquellas tareas y/o proyectos más eficientes y a detectar ineficacias o cuellos de botella que necesiten de una intervención o refuerzo.
- Mejora la toma de decisiones. Las mediciones aportan datos, los datos, rigor y el rigor, credibilidad, que es precisamente la principal virtud del liderazgo consciente. La intuición o la experiencia siguen siendo virtudes reseñables en un líder, pero en un mundo tan cambiante como el actual nunca pueden ser los principales criterios que dicten el rumbo de sus decisiones, sino que éstas deben apoyarse de datos.
- Impulsa la comunicación. Los registros del desempeño proporcionan una base objetiva sobre la que proporcionar feedback a los colaboradores. Una retroalimentación que puede y debe ser frecuente, concreta, orientada a la mejora continua y al establecimiento de objetivos.
- Mejora continua de la cultura laboral. Las mediciones deben servir como herramienta de desarrollo, orientadas a optimizar procesos internos y potenciar el rendimiento de los equipos, no como mecanismos de control.
- Impulsa el desarrollo profesional. Las métricas permiten identificar carencias en la organización. Esta información facilita a las empresas tomar medidas para corregirlas, por ejemplo, a través de capacitación específica para sus profesionales. Además, con una mirada más a largo plazo, también sirve para diseñar planes de carrera individualizados.
- Flexibilidad y resiliencia. El análisis de datos en tiempo real agiliza los tiempos de reacción de la empresa ante imprevistos, incidencias o cambios repentinos en el mercado.
- Incrementa la confianza. Una cultura de medición impulsa la transparencia organizacional y la confianza en el liderazgo al reducir la arbitrariedad y promover la equidad y la meritocracia dentro de los equipos.
- Impulsa el autoconocimiento y la autonomía. Finalmente, las mediciones facilitan el autoconocimiento de líderes y profesionales, algo que les ayudará a identificar sus propias fortalezas y debilidades. Además, les hará más conscientes de su potencial y limitaciones y les ayudará a funcionar con mayor autonomía en beneficio de la organización.
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