16 de junio de 2025

La perversión de la sanidad en la psicología: ¿Es la atención psicológica realmente sanitaria?

Economista colegiada, CEMAD. Máster Universitario en Gestión Sanitaria por UDIMA. MD Dirección de Marketing y Gestión Comercial por ESIC. MD Recursos Humanos por UAM. Coach ejecutivo. Psicoanalista y psicoterapeuta acreditada por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas FEAP

En España, el proceso asistencial de un médico colegiado está claramente definido: el paciente es sometido a una evaluación, recibe un diagnóstico y se le prescribe un tratamiento basado en técnicas y medicamentos autorizados. En contraste, planteo esta cuestión: ¿ocurre lo mismo en la psicología sanitaria, especialmente en la consulta privada?

Muy cercana a finalizar mi grado en Psicología y siendo estudiante asociada al Colegio de la Psicología de Madrid, invito al lector a una reflexión acerca de la psicología en este artículo.

Si se habla con una muestra de pacientes o conocidos que hayan estado en las consultas de un psicólogo anunciado como “sanitario” en los últimos doce meses, o se hace una simple investigación por internet sobre los servicios de psicología ofrecidos en cualquier ciudad española, se deduce fácilmente que la atención psicológica “sanitaria” en consulta privada suele carecer de un procedimiento ordenado, lo que lleva a la percepción de que “cada maestrillo tiene su librillo” en este segmento de la sanidad.

Así, la experiencia de estos pacientes indicaría que en algunas consultas de psicología sanitaria se aplican test psicométricos, cuestionarios y se realizan entrevistas clínicas para luego llevar a cabo una intervención orientada a tratar síntomas y enfermedad; pero en otras, se hace terapia Gestalt, mindfulness, se analiza el comportamiento, se dan consejos, se hace coaching, se mandan tareas para casa, se reestructura el pensamiento, se persigue la compasión, la felicidad o se empodera a la persona del paciente, por ofrecer algunos ejemplos, sin un proceso de evaluación alguno. Aunque, todas ellas se denominan “psicología sanitaria” y, como tal, ofertan su servicio al ciudadano, incluso como centros sanitarios autorizados.

En línea con ello, el acto médico se distingue por la profilaxis, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades mediante el método científico-experimental, tal como se enseña en las facultades de Medicina y se recoge en la jurisprudencia española. Es inimaginable que un médico actúe sin una evaluación previa, sin caer en la negligencia.

Sin embargo, la práctica habitual en las consultas de psicología, donde a menudo se realizan intervenciones sin una evaluación y diagnóstico previos ni la entrega de un informe al paciente, plantea serias dudas sobre la adecuación y el rigor de la asistencia psicológica sanitaria, así como sobre el cumplimiento de los protocolos profesionales en salud mental.

A mi modo de ver, esta variabilidad en la práctica de la psicología sanitaria deriva en intervenciones volubles y aleatorias, pudiendo haber tantas psicologías como psicólogos sanitarios, lo que perturba la naturaleza de una prestación de sanidad regulada por la ley en un país desarrollado.

Un aspecto fundamental que quiero destacar es que la psicología sanitaria en España se encuentra sometida a una estricta regulación, lo que se traduce también en ventajas fiscales y económicas para el sector. Entre ellas, señalo la exención del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) en los servicios prestados por profesionales de la psicología sanitaria, y las operaciones en el mercado de las aseguradoras.

La Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública, define al psicólogo sanitario como un profesional habilitado para la prevención, evaluación, intervención y promoción de la salud mental. El Máster en Psicología General Sanitaria permite ejercer esta profesión regulada en el ámbito de la salud mental.

No obstante, en la práctica, tras la habilitación como profesional sanitario, estos psicólogos ejercen con una notable libertad en la elección de métodos y enfoques. Parece que, en la actualidad, basta con que el psicólogo sanitario esté colegiado para que su actividad sea considerada automáticamente sanitaria, sin que exista una garantía suficiente sobre si su actuación es sanidad, o no lo es en absoluto.

En esta situación, considero que se estaría pervirtiendo la sanidad regulada. Entonces, surgen interrogantes sobre la credibilidad de la etiqueta “psicólogo sanitario” y sobre cuáles son, de hecho, las funciones que desempeña este profesional, así como sobre los controles existentes.

Variabilidad en la psicología sanitaria y riesgos bajo la colegiación

¿Cuál es el objeto de la psicología sanitaria? ¿Qué métodos y técnicas utiliza? ¿A qué se dedican los psicólogos sanitarios? Son preguntas que, para muchas personas, carecen de respuesta clara. En cambio, la mayoría sabe definir las funciones y los métodos de un médico en la sanidad española.

Estos interrogantes permiten cuestionar el papel que la psicología sanitaria cumple en la sociedad actual, así como la labor específica de los profesionales de la psicología dedicados a la salud mental de la población.

Algunas de las explicaciones para esta variabilidad en la práctica, desde mi punto de vista, tienen que ver con que la psicología como disciplina, se ha nutrido de la medicina, la filosofía, la lingüística, la biología, la educación, la sociología, la cibernética y lo computacional, la antropología, la etología, entre otras; enfrenta una identidad “indeterminada” en cuanto a sus orígenes y límites. Ha sido galardonada con tres premios Nobel procedentes de Medicina y Economía porque no tiene una categoría propia. Esta falta de definición alentaría defensivamente la proyección del intrusismo generalizado hacia fuera, sobre los “otros”.

Igualmente, considero que la psicoterapia está fuera del límite y la naturaleza de la psicología sanitaria regulada

La psicoterapia, concebida en sus orígenes por Sigmund Freud como una “cura por la palabra”, se basa en el diálogo y la introspección, distanciándose de los procedimientos tradicionales de evaluación, diagnóstico y tratamiento propios del ámbito sanitario. Según expuse en el artículo las “Motivaciones para regular la psicoterapia en España” (Lugo, 2024), la psicología institucionalizada pediría el monopolio de la misma atendiendo, sobre todo, a intereses económicos, políticos y sanitarios.

El colectivo de la psicología clama por mayores recursos públicos, así como reivindica nuevas especialidades y competencias, emulando al modelo propio de la medicina. Pero, ¿qué abarca la psicología sanitaria? Da la sensación de que aspira a estar en todos los lados y en ninguno en concreto.

La ausencia de una óptima estrategia y de un liderazgo transparente por parte del colegio profesional, ha sumido a la profesión en una crisis de identidad. Hoy, la disciplina se enfrenta a interrogantes fundamentales: ¿qué es la psicología, qué no lo es y hacia dónde se dirige la profesión? Internamente, las luchas y conflictos entre el psicólogo general, el sanitario y el clínico llegan hasta las redes sociales, transmitiendo una imagen poco valiosa para la sanidad.

Creo, además, como psicoanalista, que el modelo  cognitivo-conductual imperante es definitivamente insuficiente, aburrido, y por eso los psicólogos buscan en muchos otros lugares, desmereciendo lo sanitario

A modo de conclusión

En definitiva, considero que la psicología sanitaria en España se caracteriza por la coexistencia de una amplia variedad de modelos, métodos y técnicas, lo que impide definir un perfil único para quienes la ejercen. Esta pluralidad deriva en una interpretación laxa de lo que supone la sanidad. La colegiación puede convertirse así en un salvoconducto para ejercer sin un control estricto sobre la calidad y el rigor de la atención sanitaria ofrecida, lo que vicia el concepto mismo de sanidad.

Cuando una persona va al médico, el procedimiento es conocido por toda la ciudadanía; la terapéutica y los medicamentos están codificados, cuantificados y autorizados.

En el ámbito sanitario, sorprende que, pese a tratarse la psicología de una profesión regulada, exista una notable disparidad en la forma en que los profesionales gestionan sus consultas y tratan la salud mental de los ciudadanos.

Referencias

Lugo, S. (2024). Motivaciones para regular la psicoterapia en España. Revista RRHH Digital. https://www.rrhhdigital.com/secciones/actualidad/763024/motivaciones-para-regular-la-psicoterapia-en-espana/

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