Vivimos en una era de transparencia, donde las empresas comparten en redes sociales sus logros, certificaciones, eventos, campañas de diversidad, sostenibilidad y hasta celebraciones de cumpleaños en la oficina. Sin embargo, hay un silencio llamativo en un tema crucial: el clima laboral. La mayoría de las organizaciones realiza encuestas internas para medirlo, pero muy pocas publican los resultados. ¿Por qué?
Esta paradoja levanta preguntas incómodas. ¿Será que los resultados no son tan buenos como se esperaba? ¿Será que se preguntó mal y las respuestas no fueron útiles? ¿O, peor aún, será que se ocultan datos por miedo a mostrar una cara menos ideal? En un mundo que valora la autenticidad, este silencio puede interpretarse como una forma sutil de mentir: no se inventa nada, pero se oculta lo esencial.
Hay otro factor que explica este fenómeno: muchas metodologías de clima laboral están desactualizadas o mal diseñadas. Hacen preguntas genéricas, poco emocionales, y no recogen la verdad del día a día. Por eso, herramientas como Awards of Happiness marcan la diferencia: preguntan directamente a los empleados, de forma clara y emocional, y generan resultados que sí se pueden compartir, porque reflejan una realidad honesta, no una imagen manipulada.
La transparencia en el clima laboral no es un riesgo, es una oportunidad. Las empresas que se atreven a mostrar lo que sienten sus empleados —lo bueno y lo mejorable— generan más confianza, atraen mejor talento y construyen culturas auténticas. Tal vez la mayor paradoja de la historia es que lo que más valoran las personas es aquello que más se esconde: la verdad emocional del trabajo.