Según los responsables de la consultoría commSense, el comportamiento de los líderes se ubica entre dos tendencias claramente diferenciadas: una continuista, cortoplacista y reactiva; y otra innovadora, visionaria y creativa. Y la primera de ellas, que es la que predomina, también es la menos rentable para las empresas.
«Los líderes pueden diferenciarse entre aquellos cuyo objetivo es no perder y los que siempre buscan ganar, entre los continuistas y los innovadores, los que se mueven por el miedo al fracaso y los que lo hacen para lograr objetivos» afirma Carlos Duarte, director de commSense. Y, de acuerdo con los estudios basados en la metodología ‘The Leadership Circle’, «mientras que los segundos resultan rentables para sus empresas, y proporcionan casi el doble de efectividad –básicamente, generan dos euros por cada euro que las empresas ponen en sus manos–, los otros líderes, los de estilo reactivo, representan un lastre para las suyas, con una efectividad de 0,7: las compañías ni siquiera recuperan lo que invierten en ellos o a través».
Según los datos recopilados por los encargados de la consultoría commSense durante la última década, la mayoría de los directivos en España (más de 200.000) se rigen por este segundo modelo de conducta profesional. «Son mayoría los trabajadores en puestos de responsabilidad que actúan creyendo que les falta poder para hacer cambios, y que no se sienten comprometidos ante lo que ocurre en sus organizaciones. Su objetivo principal es mantener la normalidad, reaccionar para resolver los problemas y conflictos y hacer que las cosas, simplemente, funcionen», indica Carlos Duarte.
En opinión de este ‘coach ejecutivo’, el principal causante de esta tendencia proviene de la capacitación que reciben los directivos, «que se centra en competencias técnicas y operativas, lo que suele denominarse “competencias hard”, sin tener en cuenta, en muchos casos, las “competencias soft” y el desarrollo personal y profesional como líder creativo y vinculante, aspectos que sirven para liberar ese freno interior que impide tomar decisiones para ganar, y no para no perder, dejando atrás el cortoplacismo».
Otro plano del perfil del líder creativo tiene que ver con su relación con el resto de los trabajadores: «más que tener a un líder de equipo, las empresas deberían contar con un equipo líder. La premisa de este liderazgo no está en dejar claro quién lo ostenta, sino en saber qué necesita la organización en cada momento y aplicarlo de la forma más eficaz. Por eso, la forma que tenemos en commSense para determinar la efectividad de un directivo para su empresa tiene en cuenta la percepción de su labor por parte del resto de empleados, tanto subordinados como superiores», finaliza Carlos Duarte.
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