Los bufetes son la mejor atalaya para tomar el pulso al mundo de la economía y de la empresa. Detrás de toda operación financiera, opas, fusiones, adquisiciones, salidas a bolsa y pleitos de todo tipo, siempre está un bufete de abogados. El de Uría Menéndez es de los tres principales de España. Están en el secreto de los movimientos empresariales más decisivos y miles de jóvenes abogados sueñan con trabajar en su despacho, verdadero Olimpo del Derecho.
El atasco generalizado que padece la Justicia en nuestro país se agudiza en Barcelona a consecuencia del ciclo económico. Al existir una mayor concentración empresarial, se producen más procesos concursales (antiguas suspensiones de pagos) y más pleitos en general, asegura Ariadna Cambronero, socia del bufete Uría Menéndez en Barcelona. Ya el año pasado, Cataluña fue la comunidad española con más concursos a consecuencia de la crisis en los sectores del textil y automoción. A esa circunstancia, ahora se añaden las dificultades del sector inmobiliario, con procesos concursales de promotores, contratistas y personas físicas.
Los Juzgados de lo Mercantil, creados hace 4 años para agilizar los litigios económicos, no levantan cabeza en Barcelona. Al colapso que ABC ya denunció en noviembre pasado, fruto de una carga de trabajo que ya representaba el doble de lo previsto por el Consejo General del Poder Judicial, la crisis ha agravado la situación. Sólo en el primer trimestre de este año se han presentado 112 procesos concursales en los juzgados de Barcelona, una cantidad que supone exactamente la mitad de todas las causas del año pasado.
El triple nivel de competencias, del poder judicial, Gobierno central y autonómico, sobre los seis Juzgados de lo Mercantil de Barcelona, y la elevada rotación del personal destinado, en nada facilita una mayor celeridad en la resolución de la mayor carga de trabajo. Las medidas cautelares sobre conflictos de marcas, competencia desleal y patentes es un remedio utilizado cuando hay base jurídica, así como la ejecución provisional, ‘otro parche que da la imagen de celeridad, aunque la otra parte recurra’, a juicio de la experta.
Ariadna Cambronero es la socia que dirige a un centenar de letrados en Barcelona. El sector de fusiones y adquisiciones ha experimentado una notable caída a consecuencia de que los bancos han cerrado el grifo de la financiación. ‘El parón más espectacular se da en las operaciones de capital riesgo y en cualquiera relacionada con el mercado de capitales’, asegura Cambronero.
Pero los despachos grandes suelen ser anticíclicos, de manera que en Uría Menéndez el trabajo en estos momentos ha aumentado en las actividades preconcursales, como es el asesoramiento en refinanciación y reestructuración de créditos, tanto a los clientes demantantes como a los concursados.
También se han disparado los litigios y reclamaciones, así como las asesorías y consultas motivadas por Expedientes de Regulación de Empleo (ERE), y en materia medioambiental y de propiedad industrial e intelectual. El departamento fiscal también muta su actividad en tiempos de crisis, ya que las consultas normalmente muy vinculadas a las operaciones societarias se transforman en asesoría.
‘No obstante, siguen produciéndose operaciones de menos de cien millones de euros, aunque las de mayor envergadura están paralizadas’, asegura la experta de Uría. A su juicio, ‘la gente que ha ganado mucho dinero durante estos catorce años de bonanza adopta ahora una actitud conservadora y no invierte para mantener embalsado su capital’. La abogada añade que como la crisis parece que se agudizará el año que viene, ‘quienes tienen dinero se lo guardan’.
La caída de la actividad económica del bufete en el primer trimestre de este año ha supuesto un 64 por ciento menos de fusiones y adquisiciones que en el mismo periodo de 2007. La reducción es similar en el parámetro del valor de las operaciones. Por ejemplo, la firma Uría Menéndez cerró en España 17 operaciones por un valor de 24.535 millones en el primer trimestre 2007, mientras que hasta marzo de este año han sido sólo nueve y por un valor de 11.561 millones. Pero en los 20 primeros bufetes del país, la caída ha sido de 72 operaciones en 2007 a 26 en el primer trimestre de este año, y en valor medio, de 987 millones a 250 millones. Tamaño retroceso no pasaba en España desde la crisis financiera de finales de los 70, según Mergermarket.
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