La industria textil de la Vall d’Albaida ha vivido una semana negra con el planteamiento por parte de varias empresas punteras de 95 nuevos despidos que se suman a los 54 que ya han hecho efectivos las firmas de Ontinyent Manterol e Iriscrom. En una semana, entre despidos definitivos y otros previstos por regulaciones, la Vall d’Albaida ha destruido hasta 149 empleos.
Un día después de que la dirección de Manterol llegara a un acuerdo para destruir 35 puestos, era la firma Iriscrom la que daba a conocer que 19 de sus empleados también pasaban a engrosar las listas del paro, un número superior a los 15 previstos inicialmente.
Pero no han sido estas las dos únicas textiles afectadas por la crisis. Otra de las colosas, Textil Aparicio, planteaba el despido de 19 trabajadores ante la imposibilidad de hacer frente a la adversa coyuntura.
Esta firma, fundada en 1951 por José Antonio Aparicio Pérez, está especializada en toda la gama del textil hogar, textiles técnicos y tapizados, y al frente de la misma está el que fuera hasta hace menos de un año presidente de Asociación de Empresarios Textiles de la Comunitat Valenciana (ATEVAL), Javier Aparicio.
Concesionarios de vehículos
Pero no sólo el textil pasa malos momentos. También en Ontinyent se ha producido esta semana otra regulación de empleo que afectará a 10 trabajadores del concesionario de vehículos Opel. Según explicó la empresa a los sindicatos, los motivos responden a una reestructuración forzada por la caída de las ventas. Esta reorganización afectará a cinco empleados del concesionario de Ontinyent y otros cinco de Xàtiva de todos los departamentos: ventas, taller y administración.
Pero la situación alcanza más allá de la capital y la destrucción de empleo también afecta a las poblaciones vecinas. Una de las firmas más emblemáticas del textil de Bocairent, Rasilán, ha presentado primero un proceso concursal (suspensión de pagos) y, posteriormente, un convenio de liquidación de la empresa. Una decisión que implica el cese de la actividad de la histórica firma que dejará fuera a los últimos 50 trabajadores que quedaban.
En l’Olleria también se ha planteado otro expediente de regulación de empleo en una de las empresas punteras de la comarca, Inmevasa que engloba a dos empresas líderes en su sector, la Industria de la Cremallera Valenciana S.L. y la Industria Mecánica Valenciana.
Cabe señalar que este grupo se ha convertido en el principal proveedor en España de fornituras metálicas y cremalleras para los sectores de la confección, calzado, tapicería, marroquinería, mercería, etc.
Según explicaron fuentes de la federación del metal de Comisiones Obreras, el expediente plantea el despido de seis trabajadores en la fábrica de cremallera y otros 10 en la de mecánica, 16 en total.
El derrumbe de la industria de la zona comenzó hace apenas unos meses con el primero de los expedientes planteados -y que a día de hoy ya se ha hecho efectivo- por la empresa Colortex, el coloso del textil de Ontinyent al que no tardó en seguirle otra de las punteras como Manterol. A ello hay que añadir las prejubilaciones que dejan puestos de trabajo aunque luego no son recuperados, si bien las firmas se evitan tener que forzar despidos.
El descalabro del textil llega después de haber pasado un 2007 tranquilo. Tal y como constata el informe de actividades del Observatorio Textil presentado en recientemente en Alcoy. El último ejercicio se cerró con un menor descenso del empleo en relación a años anteriores.
Así, mientras en 2005 y 2006 retrocedió un 8’4 y un 7’6% de media anual, respectivamente, en el último ejercicio lo ha hecho sólo un 5’3%. Estadísticas que, sin duda, sufrirán un vuelco cuando se contabilicen las de 2008. No obstante, se constató que el principal desencadenante de la crisis sigue siendo la c competencia de China. De hecho, las cifras demuestran que estas importaciones han continuado aumentando y representaron alrededor del 40% del total, tanto en 2006 como en el último año.
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