Los trabajadores de Corporación Alimentaria Peñasanta, CAPSA, se han concentrado a las puertas de la fábrica de Villaviciosa, ya que temen que el expediente de regulación de empleo que en breve se llevará a cabo, junto con el descenso de la producción, no sea más que una acción encubierta para cerrar la factoría. Lo peor de todo, según los propios trabajadores, es que la patronal no se pronuncia. Lo que sí saben es que ya han trasladado a 18 compañeros a las instalaciones que CAPSA tiene en Granda y pronto prejubilarán a los mayores de 58 años.
Desde el comité de empresa de CAPSA aseguran que la producción ha ido bajando cada año. De hecho, antes elaboraban productos que se exportaban a Francia y ahora ya no.
Algunos trabajadores consideran que la empresa no dice nada porque esta semana celebran una asamblea con los socios de la Central Lechera, y no les interesaría que los problemas con sus empleados vieran la luz.
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