El 86 por ciento, aproximadamente, de esa cifra procedió de los emigrantes que trabajan legalmente en Francia, y el resto de otros países entre los que se destacan los del golfo arábigo, donde creció la presencia laboral tunecina en los últimos cinco años.
En porcentaje, la repatriación de este capital supuso el 23 por ciento del ahorro nacional, a lo que contribuyó también el alza que viene teniendo el euro con respecto al dólar.
Se destaca también el hecho de que las transferencias de salarios transitan por los circuitos bancarios y desconocen prácticamente el llamado mercado negro, lo contrario que ocurre con la emigración argelina.
El turismo se mantiene a la cabeza de los recursos financieros del país, con una media anual superior a los 1.700 millones de euros. El año pasado, Túnez acogió 6.700.000 turistas, en aumento de un 3,2 por ciento con respecto al año anterior.
Por nacionalidades, los libios son los primeros, con 1.500.000 visitantes, seguidos por los franceses, con 1.335.000, y los argelinos con 950.000.
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