Cerca de 8.000 pesqueros portugueses permanecieron ayer amarrados en la segunda jornada de protesta del sector por el incremento del precio de los combustible y como medida de presión para recibir ayudas financieras.
Antonio Macedo, de la Federación de los Sindicatos del Sector de la Pesca, anunció que la protesta continuará indefinidamente y que el pescado disponible en las grandes superficies comerciales portuguesas provenía de las capturas del pasado jueves.
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