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Los tiempos cambian, y con ello, las personas. Desde hace ya años hemos podido ver una fuerte digitalización que, además de abrirnos las puertas a nuevas metas, también nos está ofreciendo una serie de facilidades para prácticamente todos los ámbitos de nuestro día a día.
Tras el gran esprint ocurrido desde 2020 con la implantación casi generalizada del teletrabajo, y pese a la vuelta a la normalidad, los trabajadores españoles han evolucionado para ampliar sus valores, dando paso a una nueva serie de prioridades y necesidades para la estabilización y balance de sus vidas personales y su entorno laboral.
Según se puede apreciar en el reciente HR Study realizado por Personio, los empleados comienzan a señalar el valor de las prácticas de conciliación laboral, convertidas en las nuevas máximas a la hora de valorar la búsqueda o permanencia en sus puestos de trabajo, e incluso su opinión y satisfacción sobre las empresas.
Así, las que hasta ahora eran las compensaciones más básicas y comunes, como por ejemplo los aumentos de salario, están siendo desplazadas para dar paso a una nueva tendencia centrada en las conocidas como retribuciones emocionales.
También denominadas como “salario emocional”, este tipo de prácticas se centra en las gratificaciones de carácter no económico que un trabajador puede obtener, normalmente relacionadas con las facilidades que se le dan a la hora de satisfacer sus necesidades personales, familiares y profesionales, mejorando su calidad de vida y contribuyendo a la conciliación laboral.
Sin embargo, en la mayor parte de los casos, las empresas parecen no estar todavía en línea con este tipo de nuevas demandas, manteniendo estos modelos centrados en la retribución monetaria como principal o única premisa. Aunque es innegable que, según estas nuevas prioridades vayan tomando cada vez más y más fuerza, las empresas acaben por dar su brazo a torcer y les sigan.
Y es que de hecho, según los datos de este mismo estudio de Personio, las retribuciones emocionales no sólo ayudan a los empleados a sentirse mejor, sino que ofrecen ventajas para ambas partes, resultando en una mejora en el rendimiento de estos, reflejándose en última instancia en el crecimiento de los beneficios de la empresa.
Además, en un periodo previo a una posible recesión económica de nivel mundial, junto con la alta rotación de puestos recientemente detectada entre las empresas españolas, resulta más que fundamental buscar y adoptar todos los medios posibles para evitar la fuga de talento.
En este sentido, el estudio de Personio revela cuáles son las cinco principales demandas de los españoles que las empresas deberían mejorar para captar y retener talento:
Es por ello por lo que se puede apreciar cómo esta evolución en las necesidades y retribuciones emocionales de los trabajadores abarca ahora también a los líderes de sus equipos. Una definición que también ha ido cambiando a lo largo de los años, alejándose de las figuras estrictamente autoritarias para convertirse en una figura inspiradora y de confianza, con características como la empatía y la capacidad de escucha.
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