25 de abril de 2024
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8 de cada 10 empleos creados en el último año fueron masculinos

En los últimos años, el mercado de trabajo español ha experimentado numerosos cambios. Variaciones, no siempre positivas, que han dibujado un nuevo mapa de la ocupación en nuestro país. Y tras años de malos datos macroeconómicos, que tenían su reflejo directo en el ámbito laboral, éste es el año en el que la tendencia parece revertirse, aunque a ritmo lento aún.

La suave recuperación que ha iniciado la economía española puede constatarse a partir de diversas variables. Una de ellas es el empleo, que por primera vez en seis años, se ha incrementado durante dos trimestres consecutivos, según reflejan los datos de la Encuesta de Población Activa (E.P.A.) que elabora el Instituto Nacional de Estadística.

Es por ello que Adecco, líder internacional en la gestión de Recursos Humanos, en colaboración con los investigadores de Barceló y Asociados, ha elaborado el II Monitor Anual Adecco de Ocupación: un detallado análisis de la evolución del empleo por ocupación en España. Un estudio que se enmarca dentro del Monitor Adecco de Oportunidades y Satisfacción en el Empleo , que semestralmente analiza el grado de satisfacción en el empleo de un ocupado medio en cada una de las autonomías de España.

El propósito de este Monitor de Ocupación es analizar los puestos de trabajo que ya están siendo creados, desde diferentes ángulos sociodemográficos y económicos como pueden ser desde el sexo y grupo edad de los nuevos ocupados (si el empleo que se está creando es para hombres o mujeres y en qué franjas de edad) a los sectores económicos que más empleo están generando. En esta primera entrega se analiza el perfil sociodemográfico de los nuevos ocupados en España.

Mayor empleo masculino, por comunidades

Entre septiembre de 2013 y septiembre de 2014 (último mes analizado por la E.P.A.), el número de ocupados en España aumentó en 274.000 personas (+1,6%), el mayor incremento interanual desde que se iniciara la crisis. Por primera vez desde 2008 se registran dos trimestres consecutivos con un incremento interanual en el número de ocupados.

El total de ocupados en nuestro país es ahora de 17,5 millones de personas, el número más elevado de los últimos ocho trimestres. De ellos, 9,6 millones son varones y los restantes 7,9 millones, mujeres. Un 80% de los puestos de trabajo creados a lo largo de los últimos doce meses beneficiaron a varones, que captaron 221.100 nuevos empleos (+2,4%). Las personas de sexo femenino consiguieron las restantes 52.900 plazas (+0,7%).

El empleo aumentó en todas las comunidades autónomas excepto Castilla-La Mancha, donde se perdieron 4.600 empleos (-0,6%) con respecto a septiembre del año pasado.

Extremadura (+6,5% interanual), Asturias (+3,8%) y La Rioja (+2,9%) fueron las tres autonomías que proporcionalmente más incrementaron sus respectivas dotaciones de ocupados. Las variaciones positivas más tenues se registraron en el País Vasco (+0,3%) y Galicia (+0,5%).

Lógicamente, dada su mayor población, el número absoluto más importante de nuevas contrataciones se observó en Cataluña, la Comunidad de Madrid y Andalucía, que concentraron 6 de cada 10 nuevos puestos de trabajo.

Aunque en proporciones variables, nueve comunidades imitaron el patrón general, otorgando la mayor parte de las nuevas ocupaciones a varones. Los casos más marcados fueron los de Galicia, donde el 98,2% de los nuevos puestos de trabajo fueron ocupados por hombres (5.400 y 100 empleos, respectivamente), y Andalucía, donde ocurrió lo propio en el 93,1% de los casos (49.600 puestos para varones y 3.800 para mujeres). El reparto más igualitario de las nuevas plazas se observó en Castilla y León (6.200 ocupaciones masculinas por 5.000 femeninas) y Cantabria (1.700 y 1.300, respectivamente).

El mayor incremento interanual del empleo masculino se encontró en Extremadura (+11,5%), a la que siguieron Murcia (+4,7%) y La Rioja (+4,2%). Por su parte, Navarra (+6,6%), Asturias (+5%) y Baleares (+3,5%) se destacaron por ofrecer la mayor incorporación de mujeres al empleo.

Navarra fue la única comunidad que vio descender el número de varones con empleo (un descenso interanual de 3.900 puestos; -2,7%). En cambio, hubo destrucción neta de empleo femenino en Castilla-La Mancha (-2,4% interanual), Murcia (-2,4%), Canarias (-2%) y Extremadura (-0,2%).

Castilla-La Mancha (59,5%) y Extremadura (59,4%) son las dos autonomías en las que el empleo de varones tiene un mayor peso en la ocupación total. Por el contrario, las comunidades donde las mujeres reciben una mayor porción del empleo total son Asturias (47,3%) y Baleares (47,1%).

Cataluña, con casi 3,1 millones de ocupados, es la autonomía donde hay más gente trabajando, lo que equivale a un 17,6% del conjunto de España. La participación catalana en el empleo total es casi igual que al inicio de la crisis, cosa que también se observa en todas las autonomías. Las únicas excepciones son Madrid y Baleares, que ganaron 4 décimas cada una en el empleo total (hasta el 15,7% y el 3%, respectivamente), que fueron perdidas por Andalucía y la Comunidad Valenciana (que pasaron a representar el 14,9% y el 10,2%, respectivamente).

Cuando se compara el número de ocupados del tercer trimestre del año en curso con el mismo período de 2008 se encuentra una pérdida acumulada de empleo del 14,8% para el conjunto español, que se amplía hasta el 18,9% en el caso de los varones y se modera hasta el 9,4% en el caso femenino.

Baleares es la única autonomía que presenta un caso particular, ya que la ocupación actual es apenas un  1% inferior a la del inicio de la crisis. Ese resultado se desagrega en una reducción de un 6,5% del empleo masculino en los últimos seis años (la más moderada de todas las autonomías) y un incremento de un 6,1% en la ocupación de mujeres (única comunidad que presenta ahora un mayor empleo que hace seis años).

Ocupación por sexo y edad

Todos los puestos de trabajo creados en los últimos doce meses beneficiaron a personas de 25 y más años de edad. Específicamente, el número de ocupados de 25 y más edad aumentó en 300.300 personas (+1,8%), ganancia que fue en parte compensada por la pérdida de 26.300 empleos juveniles (-3,2%).

En ambos sexos se produjo una dinámica similar, con aumento en la ocupación de personas de 25 y más años de edad y una caída en el empleo de los menores de 25 años. Por eso, dando un paso más a los datos anteriores, puede decirse que 8 de cada 10 nuevos empleos fueron a manos de varones de 25 y más años de edad, colectivo que ganó 232.700 plazas (+2,6%). Los 2 puestos de trabajo restantes fueron captados por mujeres de 25 años y más, que obtuvieron 67.600 empleos entre septiembre de 2013 y el mismo mes del año en curso (+0,9%). Al mismo tiempo, los varones de entre 16 y 24 años de edad perdieron 11.600 ocupaciones (-2,7%), en tanto que las mujeres del mismo grupo de edad sufrieron la destrucción de 14.700 puestos de trabajo (-3,9%).

La pérdida de empleo juvenil simultánea al incremento de la ocupación de mayores de 25 años fue lo que también ocurrió en once autonomías. Los casos que mostraron la mayor disparidad en la variación del empleo entre ambos grupos de edad fueron Aragón y Cataluña.

En la comunidad aragonesa, la variación interanual en el número de ocupados de 25 y más años de edad fue de 12.900 (+2,6%), que se produjo al mismo tiempo que se eliminaban 3.400 ocupaciones juveniles   (-13,4%). En Cataluña, el incremento en el empleo de adultos fue de 89.600 (+3,2%), que resultó paralelo al despido de 20.500 ocupados de menos de 25 años (-11,8%).

En cinco comunidades autónomas el número de ocupados aumentó en ambos grupos de edad. Estas fueron Andalucía, Extremadura, Madrid, Navarra y La Rioja. En la última de ellas fue donde esto ocurrió proporcionalmente con mayor intensidad, ya que el empleo de menores de 25 años aumentó un 22,2% interanual (1.200 empleos juveniles riojanos) al tiempo que entre los mayores de esa edad creció un 2,1% (2.500 puestos de trabajo).

Si además del grupo de edad tenemos en cuenta el sexo de las personas implicadas, la diversidad de situaciones es más amplia, ya que solo cinco autonomías (Aragón, Baleares, Cataluña, la Comunidad Valenciana y el País Vasco) replican el caso general (pérdida de empleo juvenil y aumento de la ocupación de los mayores de 25 años para ambos sexos).

El caso más favorable corresponde a La Rioja, pues es la única comunidad que aumentó el empleo para ambos sexos en los dos grupos de edad considerados. Andalucía y Castilla-La Mancha incorporaron mano de obra masculina tanto entre los menores de 25 años como entre los mayores de esa edad y, además, vieron crecer el empleo entre las mujeres jóvenes. Estas tres son las únicas autonomías en donde creció el empleo juvenil en ambos sexos al mismo tiempo.

Por su parte, Murcia presentó un descenso de la ocupación de mujeres en los dos grupos de edad y, al mismo tiempo, también vio caer la ocupación entre los varones de entre 16 y 24 años de edad. Así, la autonomía murciana conformó el caso más desfavorable entre todas las comunidades.

Por el contraste entre ambos sexos sobresalieron Navarra (aumentó el empleo femenino en ambos grupos de edad al mismo tiempo que lo opuesto sucedía con los varones jóvenes y adultos) y Canarias (se observó la situación inversa, con destrucción de empleo femenino y creación de puestos para varones, en ambos casos en los dos grupos de edad).

Empleo por nacionalidad: menos extranjeros trabajando en España

Mientras el número total de ocupados tuvo un incremento interanual de un 1,6%, la cantidad de ocupados de nacionalidad española avanzó un 2%. Eso fue posible porque, al mismo tiempo, el número de extranjeros trabajando en España se redujo un 1,9%. Sin embargo, no todos los grupos de inmigrantes corrieron la misma suerte. El número de personas ocupadas procedentes de otros países de la Unión Europea aumentó un 2,9%, en tanto que el de aquellos originarios de terceros países se redujo un 4,9%.

En cifras absolutas, el aumento interanual de 274.000 ocupados surge de un incremento de 310.700 españoles con empleo y una reducción de 36.700 de inmigrantes trabajando. A su vez, esta última variación negativa es el resultado de un descenso en el empleo de 58.000 inmigrantes de fuera de la UE, que en parte se compensó por la contratación de 21.300 personas procedentes de otros países de la UE.
Así, los 17,5 millones de ocupados que hay ahora en España se corresponden con 15,6 millones de ocupados de nacionalidad española y 1,9 millones de extranjeros. Este último grupo se compone de 745.300 personas procedentes de otros países de la UE y de 1,1 millones de inmigrantes de otros lugares del mundo.

De esta forma, los inmigrantes equivalen al 10,7% del total de ocupados, la proporción más baja desde marzo de 2005. Esa participación llegó al 14% al comienzo de 2008. La caída en la participación de inmigrantes en el mercado laboral español es más marcada en el caso de los inmigrantes de fuera de la UE, que ahora suponen un 6,4% del total de ocupados, frente al 11,1% que alcanzaron a finales de 2006. Hay que retroceder hasta marzo de 2003 para encontrar una proporción tan baja como la actual.

La reducción en la participación de inmigrantes en el empleo de nuestro país significa que la destrucción de puestos de trabajo ha sido más fuerte en el caso de los extranjeros que en el de los españoles. De ahí puede deducirse que los trabajadores inmigrantes permitieron moderar el impacto de la crisis sobre los ocupados españoles.

Los datos confirman lo anterior. Pese a no haber sido nunca más del 14% de los ocupados, casi 1 de cada 3 puestos de trabajo eliminados por la crisis estaban en manos de inmigrantes. El número de trabajadores extranjeros se redujo en 977.100 entre 2008 y la actualidad (caída del 34,3%), frente a una caída de poco más de 2 millones en el caso de los españoles (descenso del 11,7%). Puede estimarse que el mayor ajuste del empleo de extranjeros evitó la destrucción de más de 500.000 empleos en manos de españoles.

Una vez más, los datos según comunidades autónomas revelan un amplio abanico de situaciones. Un caso extremo es el de Extremadura, única autonomía que entre 2008 y hoy incrementó, aunque levemente, la participación de inmigrantes en su mercado de trabajo. La misma es ahora del 3,8% (una décima más que en 2008). El otro extremo es el de Madrid, donde la participación de extranjeros cayó en 6,5 puntos porcentuales, hasta el 13,4% (aun así, se mantiene por encima de la media nacional).

Baleares continúa siendo la comunidad con mayor participación de trabajadores procedentes del exterior, con un 21,4% del total de ocupados. Le sigue Murcia, con el 15,7%. La proporción más baja de ocupados inmigrantes se encuentra en Galicia, con un 3,7%.

Ocupación y formación

Una última perspectiva para analizar el empleo es la formación. Para ello utilizaremos cuatro grandes categorías: 1) Primaria (que incluye a quienes hayan acabado o no esa etapa educativa además del pequeño número de personas sin ningún tipo de formación); 2) Primera etapa de educación secundaria; 3) Segunda etapa de formación secundaria (incluyendo también Formación Profesional) y 4) Superior (incluye a quienes hayan completado todo o una parte de un grado universitario, además de a quienes tengan maestrías y/o doctorados).

La creación interanual de 274.000 puestos de trabajo surge de la contratación de 228.200 personas con primera etapa de secundaria (+5%), 210.900 personas con formación superior (+3%) y 108.500 personas con segunda etapa de secundaria (+2,7%). En parte, esas contrataciones fueron neutralizadas por el despido de 273.600 personas con educación primaria (-17,8%).

Desde este ángulo, los 17,5 millones de ocupados se desagregan en 1,3 millones con educación primaria, 4,8 millones con la primera etapa de la secundaria, 4,1 millones con segunda etapa de formación secundaria y 7,3 millones con formación superior (el colectivo con mayor ocupación).
 
La importancia capital de la educación como medio de maximizar las oportunidades de empleo queda ratificada cuando se comparan los datos del tercer trimestre de 2008 con los del mismo período de 2014: a lo largo de la crisis, aumentó el número de personas trabajando con educación superior, mientras cayó fuertemente el de trabajadores con menores niveles de formación.

En concreto, la cantidad de ocupados con formación superior creció en 354.900 personas (+5,1%), mientras que la de aquellos con educación primaria se redujo en 1,7 millones (-57,6%), la de quienes cuentan con la primera etapa de secundaria se contrajo en 790.900 personas (-14,2%) y la de los que tienen la segunda etapa de formación secundaria disminuyó en 902.900 (-18%).

Esto significó un importante cambio en la composición del colectivo de ocupados según el nivel de formación alcanzado. En esencia, la participación en el empleo de quienes tienen educación primaria se redujo a la mitad (pasando del 14,5% a 7,2%), mientras se amplió la de aquellos con formación superior (desde el 33,9% hasta el 41,9%). Las dos categorías intermedias tuvieron cambios menores.

Casi todas las autonomías presentaron una caída interanual en el empleo de personas con educación primaria. Las excepciones fueron Canarias (+1%) y Cantabria (22,4%, que equivale a 2.500 empleos). Al mismo tiempo, quince regiones aumentaron la contratación de personas con formación superior. En este caso, las que se apartaron del caso general fueron Canarias (-3,1%) y la Región de Murcia (-5,8%).

En cuanto a las dos etapas de formación secundaria, solo Andalucía, la Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid y País Vasco imitaron el patrón general, aumentando la contratación en ambas. Las restantes doce comunidades solo lo hicieron en una de las dos.

En donde sí todas las autonomías replicaron la tendencia nacional fue en lo referido al cambio de composición del colectivo de ocupados a lo largo de la crisis. En todas ellas aumentó el espacio ocupado por las personas con formación superior, al tiempo que se retrajo el del grupo con educación primaria.
 
Con excepción de Baleares, en todas las autonomías el grupo más importante es el de quienes cuentan con educación superior. País Vasco, la Comunidad de Madrid y Navarra sobresalen por ser las únicas en las que este grupo supone ahora más del 50% de la ocupación: 54,6%, 52,5% y 50,3%, respectivamente. El caso opuesto lo representan Baleares (31,1%), Murcia (33,2%) y Canarias (33,7%).

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