Alguien ha vuelto del verano con una transformación sorprendente: ¡se ha convertido en un donut!
Entre las rosquillas de la playa, las siestas eternas y los chiringuitos non-stop, ha adoptado forma redondita y glaseada.
Eso sí, él mismo se ríe cuando sus compañeros de la oficina, incluso su propio jefe le llaman ‘donut’.