Al parecer, hay mentes inquietas y documentos llenos de planes secretos. Se oyen crujidos de neuronas, susurros en los pasillos y algún que otro “¿y si encerramos a la directora de RRHH por error?»»
¡Ten cuidado! Si te empiezan a mirar raro en la oficina y alguien menciona “código secreto”, quizá ya seas parte del juego…»