Desde que se levantan hasta casi cuando se acuestan. A estos profesionales ya solo les falta soñar con taladros. Por si no fuera poco aguantar obras durante todo el verano (algunos incluso hasta en sus vacaciones, a pesar de cambiar de comunidad autónoma), septiembre llega aún con más fuerza, en todos los sentidos. Ya no es una pequeña obra en una estrecha calle, no. Ahora estos trabajadores se han encontrado con reformas allá donde miren: el suelo levantado, el edificio en plena renovación...y el taladro. Ese ruido se ha metido en sus cabezas mañana, tarde y noche. De hecho, tal es la situación, que ese sonido parece haberse mimetizado en el propio entorno y en su propia rutina.
*Si te ha resultado interesante este artículo, te animamos a seguirnos en TWITTER y a suscribirte a nuestra NEWSLETTER DIARIA.
RRHHDigital