Para prevenir el síndrome postvacacional y lograr una vuelta al trabajo más llevadera, es clave realizar una transición gradual, mantener una mentalidad positiva y organizar el ritmo laboral sin intentar abarcarlo todo desde el primer día. Establecer horarios regulares, priorizar el sueño, llevar una alimentación equilibrada y practicar ejercicio contribuyen al bienestar físico y emocional.
También es importante equilibrar la vida personal y profesional, desconectarse al finalizar la jornada y buscar apoyo si los síntomas persisten. Las empresas, por su parte, pueden favorecer entornos saludables y promover la comunicación abierta para motivar y comprometer a sus empleados.