Héroes corporativos

Tras 20 años de experiencia en búsqueda y desarrollo del talento trabajando con todo tipo de profesionales a ambos lados del charco tengo claro que, en un contexto de cambio e incertidumbre continua como el que vivimos actualmente, las empresas necesitan de liderazgos sólidos.

Las empresas no necesitamos superhéroes con poderes anticovid y visión de rayos x para frenar la incertidumbre. Necesitamos líderes con las habilidades necesarias para inspirar e impulsar a sus equipos.

Proactividad, comunicación al cuadrado, visión estratégica y generosidad son las competencias fundamentales para desarrollar con éxito hoy una función ejecutiva.

Proactividad para hacer que las cosas sucedan. Las personas proactivas se conocen a sí mismas y toman sus propias decisiones responsabilizándose de los resultados. Nunca les oirás decir: «Aquí las cosas siempre se han hecho así» o «No podemos hacer nada» o «No he llegado a tiempo porque mis compañeros son muy lentos». La responsabilidad de sus acciones y decisiones nunca está en agentes externos.

Comunicación para entender y canalizar el pasillo. El mejor comunicador es aquel que sabe escuchar. Los líderes con buena capacidad de comunicación siempre tienen la puerta abierta al equipo, son personas que conocen el pulso de su área u organización. Dejan de lado el email, el móvil y cualquier distracción, y se centran en la persona que tienen delante. Con los cinco sentidos. Poniéndose en su lugar e intentando entender desde el lugar del otro. 

El liderazgo implica dirigir los esfuerzos del equipo hacia una meta común normalmente con la satisfacción de hacer aquello que le apasiona y contagiando a los demás en su camino. Un líder consigue alinear al equipo con sus objetivos y metas. La jefatura te la otorga la posición, pero el liderazgo te lo tiene que dar el equipo… hay que ganárselo.

Para tener visión estratégica es necesario conocer el mercado, otros mercados, a la competencia, estar informado y tener “luces largas” para hacer conexiones. La estrategia es como un mapa de carreteras. Sólo es útil si uno sabe dónde está y dónde quiere ir. La actitud y los conocimientos son importantes, pero si no tenemos el mapa correcto llegaremos muy motivados y sabios a un lugar equivocado. La visión estratégica requiere la capacidad de prever y visualizar oportunidades y metas futuras y establecer los pasos necesarios para alcanzarlas. Un buen líder será capaz de alinear a su equipo en esa dirección.

Y mi preferida, la generosidad egoísta, esa disposición a ayudar a otros y generar una red cada vez mayor de “amigos profesionales”, generosidad también para hacer crecer al equipo, para rodearte de profesionales mejores que tú y darles alas y visibilidad. Una red que cuidar y cultivar porque, todo lo que das, vuelve multiplicado. 

Esto es en resumen lo que hace falta en las organizaciones hoy, ayer y siempre. Mis superhéroes corporativos no tienen superpoderes, tienen algo mejor.