7 de diciembre de 2024
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Cómo vencer el síndrome del impostor

Cómo vencer el síndrome del impostor

Cuando tu auto saboteador interno toma el control de tus pensamientos, la inseguridad le hace los coros. Si en tu mente tamborilean frases como “Soy un fraude”, “Este trabajo lo conseguí por casualidad” o “¿Cuándo se darán cuenta mis compañeros de que soy una estafa?”, quizá estés bajo la influencia del síndrome del impostor.

En este artículo te informamos de qué es, cómo reconocer sus síntomas y te mostramos el camino para superarlo.

El fenómeno que hace que te auto percibas por debajo de tu valía 

Las personas que lo padecen creen que son un fraude intelectual: a pesar de cumplir sus objetivos vitales y tener una evidencia objetiva de sus éxitos, su percepción psicológica es que son unas farsantes y temen ser reconocidas como impostoras, sufriendo de ansiedad, miedo al fracaso e insatisfacción en su vida.

Ampliamente experimentado, el síndrome del impostor se detecta en todo tipo de personas sin importar su género, edad o nivel cultural.

La gran mayoría de estos” impostores” son perfectamente capaces de realizar su trabajo a pesar de su sensación auto percibida de falsedad. Se estima que un 70% de la población sufrirá al menos un ataque de este síndrome en sus vidas.

“Una experiencia interna de falsedad intelectual”

Estas son las palabras con las que fue definido por la doctora Clance, la descubridora del fenómeno en 1985, con las que describió al síndrome que encontraba en individuos que eran altamente exitosos pero incapaces de internalizar su éxito.

A continuación explicamos sus seis principales características:

El “Ciclo del Impostor”

El ciclo comienza cuando el sujeto tiene que conseguir realizar un trabajo que le ha sido asignado. Esa persona siente miedo y ansiedad. Probablemente la persona está sobre preparada y reacciona con una procrastinación inicial seguida de una preparación frenética. Una vez que la tarea se ha completado, la persona obtiene una sensación inicial pero poco persistente de descanso y logro.

Aunque los “impostores” pueden recibir el reconocimiento al buen trabajo que han realizado, niegan que su éxito se deba a sus propias habilidades. Rechazan mensajes positivos sobre su contribución personal porque esos mensajes son incongruentes con su percepción de su propia mecánica del éxito.

Si el sujeto está sobre cualificado, entonces cree que su éxito se debe al trabajo duro. Aquellos que inicialmente procrastinaron atribuyen su éxito a la suerte.  Los “impostores” creen que los logros a través del trabajo duro no reflejan su auténtica habilidad.

La complicación es que la repetición de los éxitos refuerza el sentimiento de fraude, en lugar de debilitar esos pensamientos, los éxitos contribuyen a arraigar el desasosiego de la persona.

La necesidad de ser especial o de ser el mejor

Estas personas a veces desean en secreto llegar a ser los mejores en su campo. Con frecuencia han sido los mejores de su clase en la edad escolar, pero al llegar a la universidad se dan cuenta que hay muchas otras personas excepcionales y que sus propios talentos y habilidades no son tan atípicos.

Como resultado, estas personas a menudo desprecian sus propios méritos y capacidades y concluyen que son estúpidos porque no son los mejores.

Aspectos de superman o superwoman

Esta característica del síndrome del impostor se refiere a una tendencia perfeccionista.

Estas personas desean realizar todo de forma excepcional en cualquier aspecto de sus vidas. Fijan listones tan altos que suelen ser imposibles de alcanzar, por lo que a menudo se sienten sobrepasados, decepcionados y se banalizan a sí mismos.

Se creen perdedores que son incapaces de llegar ni siquiera a sus propias metas.

Miedo al fracaso

Las personas que sufren este proceso experimentan altos niveles de ansiedad cuando tienen que realizar un trabajo que dependa de una valoración externa,  por miedo a un posible fallo.

El hecho de poder cometer errores y el no conseguir llegar al altísimo nivel fijado por ellos mismos les genera sentimientos de culpa y de humillación. El miedo al fracaso es una alfombra permanente por la que caminan estas personas y por este motivo, para reducir el riesgo de un posible fallo, tienden a sobre trabajar para asegurarse de que no van a fallar.

Falta de percepción de la competencia personal y negación de los elogios recibidos

Estos sujetos tienen dificultad para internalizar sus éxitos y aceptar los elogios, ya que atribuyen sus éxitos a factores externos con una frecuencia mucho mayor que las personas que no sufren este síndrome. 

No solamente rechazan los halagos positivos y las evidencias objetivas de su éxito, sino que se enfocan en la evidencia o desarrollan argumentos que prueban que no se merecen los halagos y el reconocimiento por algún logro en particular. El síndrome del impostor no debe confundirse con la falsa modestia.

Miedo y culpabilidad respecto al éxito

Estos factores están relacionados con las consecuencias negativas de su éxito. Se sienten sobrepasados por la culpabilidad y se sienten diferentes y preocupados ante el pensamiento de ser rechazados por su entorno. 

Además del miedo que les produce que un posible éxito sea motivo de que su entorno les rechace, los “impostores” también temen que si consiguen un éxito, aumenten las expectativas de su entorno y entonces se les pida más y más. 

Se sienten inseguros sobre su capacidad de mantener su nivel actual de ejecución y sienten rechazo a aceptar responsabilidades mayores. Les preocupa que, si les piden más, puedan descubrir su incapacidad intelectual. 

Los 6 consejos para superar el síndrome del impostor

Equipo felicidad

Hazte consciente de tus éxitos

Cuando vayas a enumerar tus logros seguro que vas a olvidarte de muchos, así que lleva una lista contigo y ve anotando, conforme recuerdes,  las cosas que has conseguido en las diferentes áreas de tu vida, personal, laboral, social, estudios, deporte y aficiones. Todo eso lo has conseguido tú, te ayudará leerlo por las mañanas para afrontar el día con seguridad y aplomo.

Confía en el criterio de tus mandos

Si te han ascendido y te ataca el síndrome del impostor, pivota a este pensamiento: “las personas que me han asignado este puesto me conocen y les he demostrado con hechos mi capacidad. No voy a dudar yo de su criterio.” 

Sustituye la palabra “experto” por la de “especialista” en tu perfil

El peso psicológico que cargas es enorme, te sientes obligado a tener todas las respuestas de tu área y eso te genera ansiedad. Ten por seguro que nadie lo sabe absolutamente todo de algo. Permítete ser humano.

Trabaja para mejorar tus habilidades 

Enfoca esas áreas en las que sabes que tienes margen de mejora y prepara un plan para su aprendizaje y desarrollo. Puede ser a través de libros, formaciones, podcast o investigación personal, cualquier herramienta que te ayude a mejorar tus conocimientos para que sientas seguridad y firmeza.

Eres un ser único, deja de compararte

Las redes sociales ofrecen una imagen muy distorsionada de la realidad y es recomendable que las restrinjas. Tu cerebro está constantemente comparándote con otras personas y como dijo Albert Einstein: “cada persona es un genio. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar a un árbol, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”.

Busca ayuda cualificada

Porque un experto en salud mental es la persona más indicada para guiarte y ofrecerte el apoyo profesional que puedas necesitar. En Mindgram disponemos de psicólogos y coaches, siempre accesibles,  que te acompañen en el proceso de dejar atrás al impostor para que consigas  vivir con autenticidad y disfrutes de tus éxitos.

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