12 de julio de 2025

La trampa de la multitarea: Neuromify advierte sobre cómo afecta a tu cerebro y a tu bienestar

Especialistas de Neuromify advierten que la multitarea, lejos de ser una habilidad deseable, puede convertirse en uno de los hábitos más nocivos para el equilibrio mental y la eficacia en el trabajo. Aunque durante años se ha valorado como sinónimo de productividad, los hallazgos en neurociencia cognitiva y psicología del trabajo muestran un panorama muy distinto.

En realidad, el cerebro humano no está diseñado para hacer varias tareas cognitivamente demandantes al mismo tiempo. Lo que llamamos “multitarea” suele ser, en verdad, un cambio rápido de foco atencional que desgasta más de lo que produce.

¿Qué ocurre en el cerebro cuando multitareas?

Cada vez que pasamos de responder un correo a revisar un informe, de una reunión al WhatsApp del equipo, o de una presentación a un Excel, el cerebro tiene que reconfigurar su atención, activar distintos circuitos y suprimir los anteriores.

Este proceso se conoce como cambio de tarea (task switching) y, aunque parezca inofensivo, tiene un coste neurológico alto. Supone mayor consumo de glucosa, mayor latencia para retomar el foco y un aumento progresivo de la fatiga mental.

Es decir: cuanto más multitareas, menos concentración real, más errores, más cansancio y menos disfrute.

La ilusión de la eficiencia

Uno de los peligros de la multitarea es que genera una falsa sensación de avance. Al hacer muchas cosas a la vez, se tiene la impresión de estar siendo muy eficaz. Pero al analizar la calidad del trabajo, el tiempo real invertido y la satisfacción posterior, los resultados suelen ser peores que si se hubieran hecho las tareas de forma secuencial.

La multitarea se alimenta de un contexto que premia la velocidad sobre la profundidad, la reactividad sobre la reflexión, y el estar “conectado” por encima de estar realmente presente.

Consecuencias psicológicas

Más allá de la disminución de la calidad del trabajo, la multitarea sostenida afecta también al bienestar emocional. Entre las consecuencias más frecuentes se encuentran:

  • Agotamiento mental
  • Dificultad para mantener el foco en una sola tarea (incluso fuera del trabajo).
  • Mayor irritabilidad ante
  • Sensación de ansiedad o presión
  • Disminución del disfrute y la

Además, este hábito perpetúa una cultura donde “estar ocupado” parece más valioso que “estar presente”. Y eso debilita el vínculo con el propio propósito, con el equipo y con el resultado final.

¿Qué propone Neuromify?

En el marco de sus intervenciones organizacionales, Neuromify trabaja activamente para revertir los efectos de la multitarea crónica. A través de evaluaciones breves y ejercicios semanales, el programa permite a los usuarios tomar conciencia de sus patrones atencionales, reducir el cambio constante de foco y entrenar la atención plena como competencia clave en el entorno digital actual.

Esto no solo mejora el rendimiento individual, sino también la claridad emocional, la capacidad de priorizar y el equilibrio mental a lo largo del día.

Además, las herramientas que propone Neuromify se integran fácilmente en la jornada laboral, sin necesidad de desconectarse del trabajo, sino incorporando momentos estratégicos de pausa, respiración o reconexión atencional.

¿Cómo salir de la trampa?

Algunas prácticas simples, pero poderosas, pueden ayudar a reducir el impacto de la multitarea:

  • Establecer bloques de tiempo para tareas específicas.
  • Silenciar notificaciones durante periodos de trabajo
  • Aplicar la técnica del Pomodoro u otras formas de concentración por
  • Finalizar tareas antes de iniciar otras (evitar la fragmentación).
  • Dejar espacios para el descanso cognitivo real (sin pantallas ni estimulación).

Pero sobre todo, es importante revisar la creencia de que hacer más cosas al mismo tiempo equivale a rendir más. No se trata de hacer mucho, sino de hacer lo importante con presencia, claridad y sentido.

No es falta de capacidad. Es exceso de fricción.

Nadie está fallando por no poder con todo. Simplemente, estamos sometidos a entornos de alta demanda y baja recuperación. Y el cerebro, como cualquier sistema, tiene un límite.

Reducir la multitarea no es rendirse. Es volver a un ritmo más humano, más sostenible, más productivo en el verdadero sentido de la palabra.

Y eso —en lo personal y lo organizacional— siempre será una inversión que da resultados.

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