27 de mayo de 2025

El nuevo KPI en RRHH: cuidar la salud mental en el trabajo

  • El aislamiento, la hiperconexión o la sobrecarga emocional pueden afectar a la salud mental de los empleados, independientemente de su modelo de trabajo. 
  • Con motivo del pasado Día Internacional de los Recursos Humanos, Lyreco, partner líder en soluciones globales para espacios de trabajo, propone diez estrategias para que los equipos de RRHH refuercen el bienestar emocional de los trabajadores.

La autonomía, la conciliación entre la vida personal y profesional, el estrés, la sobrecarga o la desconexión emocional son algunos de los principales retos para la salud mental en el entorno laboral y que afectan a profesionales de todos los sectores y modalidades de trabajo. En este contexto, el cuidado del bienestar psicológico se ha convertido cada vez más en un indicador estratégico clave en la cultura corporativa y la gestión del talento.

Sin embargo, la necesidad de encontrar un equilibrio entre el bienestar emocional de los trabajadores y la productividad de la empresa plantea también un desafío para las organizaciones. Con motivo del Día Internacional de los RRHHLyreco, compañía líder en distribución de soluciones para espacios de trabajo, ofrece algunas recomendaciones para mejorar la satisfacción y el bienestar de los empleados en su entorno laboral, reivindicando el papel esencial del área de Personas para integrar el cuidado emocional en el día a día de las organizaciones:

  1. Normalizar el diálogo sobre salud mental desde la cultura organizativa: el primer paso es legitimar el malestar. Hablar abiertamente sobre estrés, ansiedad o agotamiento no debe ser un tabú. La comunicación desde la alta dirección y los equipos de RRHH debe incluir mensajes claros sobre la importancia del cuidado emocional, promover espacios seguros donde las personas puedan expresar cómo se sienten y habilitar canales confidenciales de apoyo psicológico.
  2. Monitorizar la sobrecarga emocional: medir de forma continua el clima emocional y el nivel de sobrecarga a través de encuestas de clima laboral o sesiones de feedback individual permite detectar señales tempranas de malestar, burnout o desmotivación y a prevenir antes de que el problema se cronifique.
  3. Fomentar una cultura de descanso y recuperación: la productividad no es sinónimo de estar siempre activo. La cultura de una empresa debe promover los descansos conscientes, pausas reales y jornadas que respeten los ritmos humanos. Incluso pueden explorarse opciones como «viernes sin reuniones» o semanas de desconexión digital programada.
  4. Establecer límites claros entre vida personal y laboral: la flexibilidad es una ventaja si no se traduce en disponibilidad permanente. Es por ello que las empresas deben promover políticas claras de desconexión digital y liderar con el ejemplo: no enviar mensajes ni esperar respuestas fuera del horario laboral obligatorio, evitar las reuniones innecesarias y respetar los tiempos de descanso. Fomentar horarios respetuosos y desactivar notificaciones tras la jornada laboral son prácticas sencillas que marcan la diferencia.
  5. Ofrecer formación en gestión emocional y autocuidado: la salud mental no depende solo del entorno, pero el entorno puede empoderar. Desde las compañías se puede contribuir activamente al fortalecimiento emocional de los equipos, ofreciendo talleres sobre gestión del estrés, autocuidado, resiliencia, mindfulness o técnicas de regulación emocional. No se trata de responsabilizar al trabajador de su salud mental, sino de darle herramientas útiles para manejar los retos del día a día.

Crear comunidad y sentido de pertenencia: sentirse parte de un grupo es clave para el bienestar emocional. Muchos trabajadores sienten a veces desmotivación debido a diversos motivos como la desconexión del propósito, problemas de aislamiento o de falta de relación con otros compañeros. Algunas de las mejores opciones para ayudar a reconstruir comunidad pueden ser organizar espacios de conexión informal, reconocer públicamente los logros de personas y equipos o fomentar actividades de equipo como juegos, sesiones de brainstorming, talleres, o incluso actividades creativas para fomentar la interacción social entre los empleados. 

  1. Facilitar el acceso a apoyo psicológico profesional: contar con programas de asistencia al empleado (PAE) o convenios con servicios de atención psicológica especializada ante casos de malestar psicológico, como estrés crónico, crisis personales o ansiedad, puede marcar la diferencia para alguien que atraviesa un momento difícil. Es fundamental hacer accesibles estos recursos y recordar su existencia de forma periódica para que se normalice su uso.
  2. Acompañar la reincorporación tras periodos de baja: es de real importancia establecer procesos de vuelta al trabajo cuidadosos y progresivos para las personas que han atravesado momentos difíciles, en especial, tras periodos de bajas largas. Por ejemplo, reuniones de acogida, ajustes temporales de carga de trabajo y acompañamiento emocional continuo son algunas herramientas clave.
  3. Empoderar a los líderes de equipo como cuidadores del bienestar: la salud mental es una responsabilidad colectiva. Los mandos intermedios son la clave para conocer y ayudar a mejorar el bienestar emocional de los trabajadores. Desde los equipos de gestión de personas, se debe ofrecer formación para que aprendan a detectar señales de alerta, abordar conversaciones difíciles con empatía y a ser referentes en hábitos saludables.
  4. Incorporar la salud mental como un KPI más de la organización: medir y hacer un seguimiento del bienestar de los trabajadores debe tener la misma relevancia que los indicadores de rendimiento. Incluir métricas como satisfacción emocional, sensación de carga laboral o nivel de desconexión ayuda a tomar decisiones con datos, no solo con percepciones.

«A menudo medimos el rendimiento, pero no el esfuerzo que implica mantenerlo. El equilibrio emocional es una condición imprescindible para que las personas puedan desarrollarse profesionalmente sin desconectarse de sí mismas. Necesitamos estructuras reales que protejan la salud mental, y el área de personas es clave para liderar ese cambio fomentando una cultura del cuidado«, afirma Rafael Jaraba, Responsable de Seguridad y Salud de Lyreco Iberia.

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