¿Sufres dolores de cuello constantes? Tu entorno de trabajo, el exceso de ordenador, de teléfono móvil y la falta de conciencia postural son los responsables.
Nuestro cuello es como el termómetro del cuerpo, gran parte de la tensión que acumulamos tiende a concentrarse ahí, tanto, que se puede medir cómo está emocionalmente una persona observando esta zona.
Prácticamente todo pasa a través de él concentrando varias funciones físicas: el sistema nervioso, el aire, el alimento, es ahí donde se genera la voz y además, sujeta los casi cinco kilos de peso de la cabeza.
La posición que adoptamos sentados en un escritorio horas y horas suele ser fatídica para el área cervical, que se ve sometida a una curvatura que poco tiene que ver con el arco natural de ese grupo de vértebras.
Solemos pensar en lesión cuando esta se asocia a un golpe, a un accidente, a la distensión de un músculo al llevar demasiado peso, o cuando hacemos un movimiento brusco al practicar deporte, pero lo cierto es que nuestros hábitos relativos al uso de dispositivos electrónicos y cómo nos sentamos en el puesto de trabajo son la causa directa de más del 80% de las dolencias de cuello, hombros o brazos que padecemos.
Las vértebras cervicales son muy frágiles y tienen una movilidad excepcional, es la zona más vulnerable de la columna con la carga extra que supone sujetar el peso del cráneo y el cerebro, mientras permiten una rotación muy amplia de la cabeza. Entre las cervicales pasan todos los nervios que recorren el hombro y el brazo hasta la mano, es decir, que cualquier desplazamiento cervical puede provocar dolor o incapacidad funcional en estas partes.
Son muchos los factores que provocan presión cervical, una mala postura durmiendo, malas posiciones sentados en el trabajo y malos gestos cotidianos de los que en general no somos conscientes. Como resultado la curva natural del cuello puede llegar a disminuir e incluso perderse y se refleja después en irritaciones nerviosas, dolores, cefaleas, molestias en hombros, brazos y antebrazos.
Para prevenir y evitar las consecuencias negativas de nuestra rutina postural se necesita una buena actividad muscular, ejercicio, trabajar y comprender el concepto de “alineamiento”. L intención es crear conciencia del eje central del cuerpo manteniendo la verticalidad, en lugar de comprimir las vértebras con malas posiciones de cabeza. ¿La solución? practicar ejercicios cervicales y estiramiento tanto en el trabajo como fuera de él.
Pautas sencillas como tratar de aflojar los hombros, hacer giros suaves con la cabeza para movilizar las articulaciones y realizar estiramientos básicos de esa musculatura, pueden mejorar enormemente la salud de nuestro cuello. Para ello, la auto observación es muy importante, tomar conciencia de aquellos hábitos que van poniendo tensión de más en esa zona y poner atención al efecto que tienen los ejercicios que apliques, se traduce en descarga, fortalecimiento y vigor.
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