17 de septiembre de 2025
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Transformando beneficios: estrategias empresariales para generar valor en un entorno con limitaciones presupuestarias

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Resultados de la Encuesta de Tendencias en Beneficios de WTW 2025

Por: Almudena Martínez, Consultora de Desarrollo de Negocio de Health & Benefits

La Encuesta de Tendencias en Beneficios 2025 de WTW —la más amplia y completa en materia de beneficios a nivel global— analiza los desafíos, soluciones e innovaciones que están definiendo el panorama actual de los beneficios para empleados.

A medida que avanzamos en 2025, el mensaje es claro: las reglas tradicionales en materia de beneficios están cambiando de forma significativa. La presión de los costes, la incertidumbre económica y las crecientes expectativas de las plantillas obligan a las empresas a replantearse la manera en que diseñan, financian y comunican sus programas.

La clave no está en gastar más ni en multiplicar iniciativas, sino en invertir con mayor precisión, optimizar recursos y convertir los beneficios en una herramienta estratégica para atraer y fidelizar talento, impulsar el compromiso y reforzar el propósito corporativo.

Los resultados de la encuesta muestran que las empresas están reajustando sus programas: dejan atrás lo que no funciona, refuerzan lo que sí aporta valor y buscan nuevas formas de conectar con sus empleados.

Este artículo resume siete aspectos clave que las organizaciones deben considerar —y poner en práctica— para que los beneficios se consoliden como un verdadero elemento estratégico dentro de la propuesta de valor al empleado.

1. Aumenta la preocupación por los costes: gestionar presupuestos con inteligencia

El gasto en beneficios se ha consolidado como una de las principales preocupaciones para los responsables de RR. HH. A nivel nacional, más de dos tercios de las organizaciones reconocen que la presión de costes es hoy un factor determinante en sus decisiones estratégicas.

Esto no significa recortar, sino gestionar mejor. Las compañías están adoptando un enfoque dual:

  • Optimizar relaciones con proveedores, mediante renegociaciones, redes preferentes, nuevos modelos de precios y mayor transparencia en resultados.
  • Atender las condiciones de salud más costosas con programas específicos que prevengan reclamaciones innecesarias y mejoren los resultados. La salud mental, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer lideran las prioridades.

Este planteamiento permite reducir costes sin debilitar el apoyo al empleado, logrando un equilibrio sostenible.

2. El talento sigue siendo clave: beneficios para atraer y fidelizar

Aunque el mercado laboral comienza a estabilizarse en algunas regiones, los desafíos relacionados con el talento persisten. El envejecimiento de la población, la reducción de grupos de profesionales disponibles y la escasez en sectores estratégicos hacen que el talento siga siendo un factor crítico.

Las empresas están respondiendo con beneficios diseñados desde la perspectiva del empleado, que no solo aportan cobertura, sino que también reflejan el propósito y los valores de la organización.

De hecho, el porcentaje de empresas que emplean los beneficios como reflejo de su identidad corporativa crecerá del 27% al 43% en los próximos tres años. Ya no se trata únicamente de igualar lo que ofrece el mercado, sino de diferenciarse como empresa de referencia.

3. El arte de reequilibrar: hacer más con lo mismo

Con presupuestos ajustados, las compañías buscan cómo equilibrar ambición y coste. El 49% planea reestructurar su inversión en beneficios en los próximos tres años, reforzando ciertas coberturas y reduciendo otras.

El éxito de esta estrategia depende de dos factores:

  • Escuchar al empleado para identificar qué es lo que más valoran.
  • Comunicar de forma clara y transparente para gestionar expectativas y explicar el sentido de los cambios.

Solo así podrán mantenerse programas relevantes sin perder el compromiso de la plantilla.

4. Centrarse en los beneficios que realmente importan

La salud mental se sitúa en la primera posición de prioridades, dada su influencia directa en la productividad, la implicación y los costes sanitarios.

Paralelamente, el apoyo a la resiliencia financiera de los empleados está ganando protagonismo, impulsado por el aumento del coste de la vida.

El reto consiste en maximizar el valor de los beneficios ya existentes, ayudando a los empleados a conocerlos y utilizarlos de manera efectiva. La comunicación, la educación financiera y la accesibilidad son esenciales para reforzar este impacto.

5. Beneficios personalizados: un modelo en expansión

Los empleados demandan flexibilidad. Ya no basta con un paquete estándar: buscan opciones adaptadas a sus circunstancias personales.

Actualmente, un 38 % de las organizaciones ofrece un nivel moderado o alto de elección en su programa de beneficios. En tres años, se espera que esa cifra se duplique hasta alcanzar el 75%.

Los modelos más avanzados incluyen:

  • Beneficios voluntarios o complementos opcionales.
  • Asignaciones flexibles personalizadas.
  • Herramientas digitales de decisión y navegación.

El objetivo es doble: dar autonomía al empleado y, al mismo tiempo, acompañarlo en la toma de decisiones para que obtenga el máximo valor.

6. Ayudar a los empleados a sacar más partido de lo que ya se ofrece

Uno de los grandes retos actuales es la infrautilización de beneficios. Para superarlo, las empresas están invirtiendo en:

  • Herramientas digitales de navegación.
  • Recordatorios oportunos (nudges).
  • Estrategias de comunicación más dinámicas.

En los próximos tres años se prevé un crecimiento del 68 % en el uso de estas soluciones, junto con un aumento del 63 % en tecnologías que mejoren la experiencia del usuario. Portales interactivos, simuladores y automatización se convertirán en aliados clave para transformar la relación del empleado con sus beneficios.

7. Utilizar los datos y la analítica para impulsar la estrategia

La madurez analítica en beneficios avanza con rapidez. Hoy, un 36% de las organizaciones aún depende de informes básicos, pero la mayoría planea evolucionar hacia:

  • Análisis predictivo.
  • Proyecciones de costes.
  • Simulaciones de escenarios futuros.

Este cambio marca un nuevo paradigma: pasar de la intuición a la toma de decisiones basada en evidencia. Para lograrlo, las empresas deben integrar datos de múltiples fuentes, capacitar a sus equipos en analítica y legislación, y traducir los hallazgos en acciones concretas.

Reflexión final: no se trata de más, sino de mejor

El mensaje de la Encuesta de Tendencias en Beneficios 2025 es contundente: las empresas que destaquen no serán las que acumulen más programas, sino las que inviertan de forma estratégica en lo que realmente importa.

Priorizar la salud mental y la resiliencia financiera, ofrecer flexibilidad y personalización, utilizar datos de manera inteligente y fortalecer las capacidades internas son los cuatro pilares de una estrategia de beneficios preparada para el futuro. 

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