La decisión de Moderna de fusionar el departamento de Personas con el de Tecnología bajo el puesto de Chief People and Digital Technology Officer no es un simple movimiento organizativo: es una señal clara de hacia dónde va el futuro del desarrollo organizacional. Estamos ante una reinvención de cómo se diseña el trabajo, qué funciones deben ser desempeñadas por personas y cuáles pueden automatizarse mediante la inteligencia artificial (IA). La IA es mucho más que una herramienta tecnológica: tiene el potencial de redefinir el rol de las personas en las organizaciones.
¿Por qué esta integración tiene sentido? Porque la tecnología y las personas no pueden avanzar por separado. Sin tecnología, el talento se ralentiza. Sin talento, la tecnología se deshumaniza. El verdadero potencial de la IA en RRHH surge cuando se define una estrategia que integra tecnología, datos, procesos ágiles y personas. Digitalizar el departamento de RRHH ya no basta: las áreas de Tecnología y RRHH deben tener un propósito compartido.
Ahora mismo, la realidad es contundente: un estudio reciente de la Universidad de St. Gallen en Suiza y 100facets.ai (2024) revela que solo un 11% de las organizaciones está realmente preparada para usar IA de forma estratégica en desarrollo organizacional. Esto nos indica que hay una gran oportunidad para quienes sepan avanzar con visión y determinación.
Pero el camino no está exento de obstáculos. Destacan dos retos por encima del resto:
- Primero, la falta de experiencia en IA dentro de los equipos de RRHH. Más de la mitad de las organizaciones lo reconoce como el principal freno. Falta talento que entienda cómo aplicar la IA para mejorar resultados.
- Segundo, la preocupación por la privacidad y la seguridad de los datos es el miedo principal (45%), muy por encima de la inquietud por la posible pérdida del contacto humano (13%). Sin confianza en estos aspectos, la IA no despegará.
Moderna no es un caso aislado. Otras empresas también avanzan hacia modelos donde Tecnología y RRHH
trabajan de forma realmente integrada. Aunque la fusión formal de estos dos departamentos es todavía poco frecuente, la tendencia es clara: cuanto más integradas estén estas funciones, mejor se aprovechará el potencial de la IA para diseñar entornos de trabajo más ágiles, humanos y eficientes.
La decisión de Moderna pone en evidencia el factor estratégico clave: la alineación real entre equipos.
Un reciente informe de Microsoft Viva Research Drop subraya que una colaboración estrecha entre los
departamentos de Tecnología y RRHH es fundamental para lograr un mayor éxito con la IA. Cuando estas
funciones trabajan juntas, se acelera la adopción de la IA, se aumenta el retorno de la inversión, se fortalece la gobernanza de datos y se redefine el futuro del trabajo.
Conciliar diferentes enfoques es imprescindible: hay quienes tienen una visión disruptiva y prefieren reemplazar sistemas antiguos por soluciones basadas en IA. Otros optan por incorporar la IA solo como un complemento a sus procesos actuales, sin cambiar radicalmente la operativa existente. Hay que definir el objetivo compartido y alinear a los equipos que tienen que trabajar de la mano para conseguirlo.
En definitiva, aplicar IA con impacto requiere algo tan esencial como complejo en la práctica: una alineación operativa real entre quienes deciden, diseñan y ejecutan.