¿Cuál es la clave para alcanzar los objetivos de una empresa? Una pregunta que estoy seguro todo directivo se ha hecho. Y aunque puede haber muchas respuestas correctas, para mí la respuesta es clara: el talento.
Particularmente en el sector aeroespacial, nos enfrentamos a ambiciosos proyectos que nos obligan a reclutar a los mejores perfiles técnicos que van desde soldadores y técnicos en mecanizado hasta ingenieros o expertos en ensayos no destructivos, es decir, perfiles altamente especializados y, por lo tanto, muy demandados. Entonces, la verdadera pregunta para nosotros es: ¿cómo atraer y retener a estos talentos excepcionales? La respuesta, en nuestra experiencia, reside en la cultura corporativa.
Tradicionalmente, la atracción de talento se ha centrado en compensaciones económicas, pero estas ya no son suficientes. Ahora, los profesionales que se enfrentan a actividades tan complejas y apasionantes como la nuestra buscan algo más allá: demanda de un entorno de trabajo donde se sientan valorados, puedan desarrollar sus habilidades y sean parte de un equipo que comparte su pasión por la innovación. Buscan, en definitiva, una cultura corporativa sólida.
Sin embargo, es importante entender que la cultura corporativa no es solo un conjunto de valores al azar, sino que realmente debe reflejar el ADN de la compañía y hacerse notar. Entonces, ¿cómo construir una verdadera cultura corporativa en una compañía que busca romper los límites del sector aeroespacial? Hay que poner a las personas en el centro y que el trabajo en equipo, la comunicación fluida, la innovación y la mentalidad de aprendizaje sean los pilares fundamentales.
Por un lado, el trabajo en equipo y la comunicación – valores complementarios entre sí – son, sin duda, esenciales en proyectos tan complejos como la construcción de un cohete. Es esencial fomentar un ambiente de trabajo donde se valore la comunicación abierta y el intercambio de ideas ya que la suma de las individualidades, trabajando en sinergia, es lo que permite alcanzar resultados extraordinarios.
Por su parte, la innovación se posiciona como el motor que impulsa al sector: no pueden faltar la creatividad, las nuevas ideas y una gran apuesta por desafiar los límites. Una de las bases en PLD Space es que de los errores se aprende, por lo que la experimentación es parte del proceso. Sin embargo, hay que entender también que la innovación no surge de la nada, sino de una cultura que la fomenta y la valora.
Finalmente, pero no menos importante, el acceso a programas de formación, o mentoring con otros ingenieros experimentados son algunas de las tantas herramientas que facilitan el desarrollo profesional de los empleados. Es importante animar al talento a mantenerse actualizado sobre las últimas tecnologías y tendencias, una mentalidad de búsqueda continua de aprendizaje es crucial en un sector en constante evolución como el aeroespacial.
En conclusión, para que una cultura corporativa sea sólida, debe estar alineada con los valores y la realidad del sector. En PLD Space nuestro espíritu refleja la pasión por la ingeniería, la búsqueda de la excelencia técnica y el orgullo de participar en proyectos que permiten liderar el acceso al espacio. No sólo estamos construyendo cohetes, estamos construyendo un futuro, y nuestros empleados son la parte central de esta misión que trasciende lo individual. Tenemos un propósito en común: alcanzar las estrellas y liderar una aventura extraordinaria protagonizada por la pasión por la ingeniería, la innovación y el trabajo en equipo.