La IA Generativa ha creado grandes expectativas en los mercados. La inversión global en IA para 2025 será de 644 mil millones de dólares, según estimaciones de Gartner, cifra que equivale prácticamente al Producto Interno Bruto (PIB) de Bélgica, la séptima economía de la Unión Europea y número 23 del mundo. Empresas de todos los sectores están trabajando en el desarrollo de aplicaciones reales de esta innovadora tecnología y se espera que haya un aumento de la productividad en todos los ámbitos en los próximos años.
La adopción de la IA está avanzando a un ritmo acelerado en diversos sectores. Según datos recopilados por el Foro Económico Mundial, las empresas de tecnología, servicios financieros e industrias de consumo lideran la inversión y la implementación de soluciones de IA, seguidas de cerca por los sectores de medios, entretenimiento y deportes, telecomunicaciones, energía, atención médica y manufactura avanzada. Estos sectores están aprovechando la IA para impulsar la innovación, mejorar la eficiencia operativa, personalizar la experiencia del cliente y optimizar la toma de decisiones, entre otros beneficios. En el sector de los recursos humanos, donde desarrollo mi labor profesional, la IA aún se encuentra en sus primeras etapas y su potencial disruptivo es innegable.
Este avance supone un impacto en el mercado laboral. El Foro Económico Mundial ha analizado la exposición laboral a la IA en su informe Jobs of Tomorrow: Large Language Models and Jobs, en el cual ha identificado qué tareas estarán expuestas a los LLM. Según este estudio se ha valorado si esta exposición a la IA va a suponer un alto potencial de automatización, es decir que el futuro, la tarea será realizada íntegramente por la IA; si tiene un alto potencial de aumento, dicho de otra manera, que la tarea seguirá siendo realizada por una persona, pero que la IA aumentará su productividad; bajo potencial de automatización o aumento, o sea que los humanos seguirán realizando la tarea sin un impacto significativo de la IA; o si simplemente no va a ser afectadas por la IA.
Las tareas con mayor potencial de automatización tienden a ser aquellas dependientes del lenguaje, estandarizadas, rutinarias, repetitivas y orientadas a procesos. Si nos centramos en el caso específico de un director de recursos humanos, ejemplo que plantea el propio Foro Económico Mundial, se puede observar que un 16% de sus tareas, como, por ejemplo, aquellas que están enfocadas a determinar las necesidades de recursos de los proyectos u operaciones y a gestionar los presupuestos o las finanzas son susceptibles a ser automatizadas con la IA.
En cambio, existen tareas que requieren un mayor grado de interacción humana tienen más probabilidades de ser aumentadas y realizadas en colaboración con la IA. Se trata de tareas se caracterizan por la necesidad de un juicio subjetivo, la capacidad de resolver problemas complejos y la empatía en la interacción con otros. Según el ejemplo proporcionado por el Foro Económico Mundial, el 22,2% del tiempo del director de recursos humanos tiene potencial de aumento, y se refiere a las tareas relacionadas con explicar las regulaciones, políticas o procedimientos y capacitar a otros empleados en los procedimientos operativos o de trabajo.
Según este análisis, de momento se puede automatizar o aumentar con la IA el 38,3% de las tareas desarrolladas por el director de recursos humanos, lo que significa que hay un 61,7% que no están expuestas a la IA porque quieren de un alto grado de interacción personal y colaboración, como la negociación de contratos. Esto se debe a que una gran parte del trabajo en RRHH implica tareas que requieren un alto grado de interacción personal, colaboración y juicio subjetivo, cualidades que la IA aún no puede replicar de manera efectiva. La ética, la empatía y la capacidad de inspirar son cualidades intrínsecamente humanas que la IA no puede replicar.
En este contexto, la adopción de la IA en los departamentos de RRHH va a suponer una gran ayuda para agilizar aquellas tareas automáticas y rutinarias, liberando tiempo para tareas más estratégicas y el desarrollo de otro tipo de habilidades que se valoran en el liderazgo. El pensamiento crítico, la creatividad, la inteligencia emocional y la adaptabilidad se vuelven cada vez más importantes.
Si ampliamos la visión y centramos el uso de la IA en todo un departamento de RRHH y no solo en las tareas del director, vemos que la IA puede automatizar, con una buena plataforma de portal del empleado, el análisis de los datos que contiene un CV para la selección del talento, la gestión de nóminas, seguimiento de vacaciones y administración de beneficios, entre otras múltiples tareas repetitivas. Sin embargo, no podrá sustituir a los entrevistadores que valoran el aspecto emocional o las soft-skills de los candidatos, ni a aquellos miembros de los departamentos de Recursos Humanos que tienen que tomar decisiones éticas complejas o que motivan a los equipos, entre un sinfín de actividades.
La IA Generativa tiene el potencial de transformar radicalmente el área de los Recursos Humanos y otras áreas, pero es fundamental abordar esta transformación con una perspectiva centrada en las personas. Al equilibrar la eficiencia de la IA con el juicio humano, podemos crear un futuro donde la tecnología empodere a los empleados, mejore la productividad y fomente un ambiente de trabajo positivo y equitativo.