19 de mayo de 2025

Más allá del Captcha: recuperando la esencia humana a través de las formaciones experienciales

Si tu empresa y tú tuvieseis la oportunidad de resetearos y recargaros las pilas, ¿aprovecharías la oportunidad?: Recuperando la esencia humana a través de las formaciones experienciales.

CAPTCHA (Completely Automated Public Turing test to Tell Computers and Humans Apart) (prueba de Turing completamente automática y pública para diferenciar ordenadores de humanos) es una prueba desafío-respuesta controlada por máquinas que son utilizadas para determinar cuándo el usuario es un humano o un programa automático (bot).

Seguro que en más de una ocasión te has encontrado con estas pequeñas pruebas de destreza visual, donde debes de identificar de una cuadrícula, cuántos pasos de peatones ves, a veces simplemente es reescribir una palabra que se muestra de manera distorsionada… es más, pongo la mano en el fuego en que, en más de una ocasión, seguro que ha conseguido sacarte de tus casillas, porque a pesar de creer haberlo hecho correctamente, al tener tan automatizada la prueba y querer resolverla de manera ágil, al hacerlo tan rápido no has prestado atención y no lo has resuelto correctamente, y el ordenador te ha vuelto a mostrar otra imagen para que finalmente puedas demostrarle que hay un  humano detrás de la pantalla, además de realizar un ejercicio de paciencia…

Esta prueba, diseñada para identificar la presencia de un ser humano detrás de la pantalla, resalta la creciente dependencia de la tecnología en nuestras vidas. Sin embargo, esta misma dependencia nos lleva a una pregunta crítica: ¿cómo podemos recuperar y valorar nuestra esencia humana en un mundo tan automatizado?

Las metodologías experienciales emergen como una respuesta poderosa a esta necesidad. Al sacar a los empleados de la oficina y sumergirlos en actividades colaborativas, estas experiencias nos permiten redescubrir lo que significa ser humano. Mirarse a los ojos, compartir risas y construir recuerdos son aspectos fundamentales que se han perdido en la vorágine de la digitalización.

Estas son las cinco claves que permiten entender por qué son tan útiles estas pequeñas inversiones en tu compañía.

  1. CONECTARNOS A TRAVÉS DE LA MIRADA.

En un entorno donde la interacción a menudo se limita a mensajes de texto y correos electrónicos, el simple acto de mirarse a los ojos puede restablecer la empatía y la comprensión mutua. Esta conexión personal es vital para fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y saludable.

Estas situaciones representan una valiosa oportunidad para fomentar espacios de confianza en los que podamos apoyarnos mutuamente y prevenir desconexiones, ya sean mentales o profesionales.

  1. CREAR EXPERIENCIAS CONJUNTAS COMO EQUIPO

Hace un par de años, un director de RRHH de una importante empresa del sector bancario me solicitaba un encuentro experiencial para su equipo del Comité de empresa, ya que muchos de ellos eran nuevos en el cargo. Trabajamos diferentes objetivos a lo largo de los dos días, pero hubo una petición inicial que me quedó en el recuerdo, y fue que querían crear recuerdos, risas conjuntas, y oportunidad de descubrirse y reconocerse en futuro.

Las actividades grupales generan recuerdos compartidos que fortalecen la cohesión del equipo. Desde retiros en la naturaleza hasta talleres creativos, cada experiencia conjunta permite a los empleados descubrir nuevas facetas de sus compañeros, promoviendo un sentido de pertenencia y colaboración.

  1. EL PODER DEL PERDÓN Y EL APRENDIZAJE CONTINUO

En cualquier entorno de trabajo, los errores son inevitables. Las formaciones experienciales fomentan la cultura del perdón, donde los empleados pueden aprender de sus equivocaciones y dejar atrás rencores. Unas risas compartidas, una explicación sin distracciones y sin egos contraponiéndose, permiten resetear malos rollos, o relaciones contaminadas.

Este enfoque no sólo mejora la dinámica del equipo, sino que también crea un espacio donde todos desean aprender y crecer juntos.

  1. LA PRÁCTICA DEL HANAMI: CONECTAR CON LA ESENCIA

Inspirados en la práctica del Hanami, que contempla la belleza de la naturaleza, estas formaciones nos invitan a salir y conectar con nuestro entorno. Esta conexión con la naturaleza no solo alivia el estrés, sino que también nos recuerda la belleza de los momentos simples, revitalizando nuestra creatividad y motivación.

  1. LA IA Y SUS LIMITACIONES: LA NECESIDAD DE LO HUMANO

Aunque la tecnología, incluida la IA, ofrece herramientas valiosas, es crucial recordar que carece de las emociones, la creatividad y la intuición que caracterizan a los humanos. Las decisiones éticas y morales, así como la comprensión del contexto cultural, son áreas donde la tecnología no puede reemplazar el juicio humano. Las formaciones experienciales subrayan la importancia de estos aspectos, reafirmando que nuestro valor radica en nuestras capacidades humanas únicas.

Invertir en formaciones experienciales es una inversión en el capital humano de la empresa. Al sacar a los empleados de su entorno habitual y fomentar interacciones significativas, se construyen equipos más resilientes y comprometidos. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, no debemos olvidar la riqueza de la conexión humana. La formación experiencial es una herramienta poderosa para cultivar un ambiente de trabajo más saludable y colaborativo, donde cada empleado puede visibilizarse.

¿Serán las metodologías experienciales el captcha que podemos utilizar los humanos para saber que no nos estamos convirtiendo en máquinas?

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