8 de mayo de 2025

El impulso de la cultura organizacional a través de la inteligencia artificial

Vivimos en una eterna paradoja. El ser humano siente miedo ante los cambios y, sin embargo, todo es cambio. Las organizaciones centran sus esfuerzos en adaptarse, en reinventarse, en no quedarse atrás. Pero, como decía Peter Drucker, la cultura se come a la estrategia en el desayuno. Los cambios no vienen acompañados de una comunicación suficiente y poderosa y de un acompañamiento a las personas para generar tracción. Y aquí, claramente, fallamos. Es más: a veces lo hacemos bien, pero el siguiente cambio tire por tierra todo lo realizado y haya que empezar de nuevo, lo que resulta destructivo para la credibilidad y la confianza.

La cultura corporativa no puede variar ante cada cambio. No funciona. Sin embargo, sí es posible desarrollar una cultura abierta y resiliente y desarrollar la capacidad de cambio en las personas.

La cultura corporativa no puede variar ante cada cambio. No funciona. Sin embargo sí puede desarrollarse una cultura abierta y resiliente y desarrollar la capacidad de cambio en las personas.

Pero, seamos serios. Este reto implica vincular el desarrollo humano al propósito de la organización, de verdad. Invertir en desplegar habilidades de liderazgo, resiliencia, y change management de manera transversal en las empresas. Solo así lograremos ser verdaderamente flexibles y alcanzaremos el propósito organizacional, a pesar de los cambios del contexto. Empezando por las capas de liderazgo y extendiéndose a todos y cada uno de los miembros del equipo, las empresa tienen la necesidad y la obligación de crear el talento que necesitan.

Según un análisis realizado en 2023 por la consultora americana Zippia, el 83% de las organizaciones cree que es importante desarrollar habilidades de liderazgo en todos los niveles aunque solamente el 5% lo hace. ¿Por qué? Tras más de 25 años de experiencia en Direcciones de Personas y acompañando a empresas en el desarrollo de su liderazgo y en su transformación cultural, mencionaría dos razones principales: En primer lugar, la estrategia de capacitación y desarrollo suele ser reactiva: se forma en lo que hace falta, en lugar de anticiparse en proporcionar las skills (habilidades) para crear la cultura necesaria para el futuro. Este es un factor que tienen superado las empresas consistentes que han diseñado y actualizan de manera adaptativa su mapa competencial de futuro, invirtiendo en formación y coaching para acelerar sus resultados. En segundo lugar, por argumentos presupuestarios: la partida para capacitación y desarrollo es una de las primeras candidatas a recortar en las estrategias de control de costes.

El 83% de las organizaciones cree que es importante desarrollar habilidades de liderazgo en todos los niveles aunque solo el 5% lo hace.

Y siendo así las cosas, nos encontramos hoy con un nuevo actor que pone más tensión en la necesidad de cambio. Aparece nuestra amiga la inteligencia artificial (IA) y con ella, una nueva paradoja: ¿Es la IA un nuevo desafío a superar, o, por el contrario puede ayudarnos a acelerar los cambios necesarios en las personas y los equipos? La respuesta es: ambas. Las empresas que no se adapten a la IA, que no aborden rápidamente su adopción, perderán competitividad. Y ello implica la necesidad de realizar un upskilling (adquisición de nuevas competencias para el mejor desempeño de los puestos de trabajo) de los equipos e implantar nuevas formas de trabajo y herramientas que acaben con los miedos del usuario y logren una rápida adaptación. Pero la IA también puede convertirse en un aliado para el desarrollo de las habilidades y competencias conversacionales necesarias para crear una cultura adaptativa y resiliente.

Una de las principales barreras a la construcción de una cultura organizacional fuerte, en cuanto a su capacidad evolutiva se refiere, es la comunicación. La creación de contextos en los que la conversación y  la retroalimentación fluyen libremente, construyendo puentes de seguridad psicológica y alimentando la motivación intrínseca de cada miembro del equipo, sigue siendo una aspiración para muchas organizaciones. Y en escenarios de cambio, es un elemento indispensable.

La IA puede hoy ayudarnos a extender una cultura conversacional potente, que permita el desarrollo ágil y consistente de todos los niveles organizativos en sus habilidades de comunicación y en la creación de hábitos de feedback. El feedback constructivo empodera, alinea expectativas, corrige desviaciones y celebra logros. Consolida la confianza, estimula el desarrollo y acoge los miedos y vulnerabilidades con asertividad, permitiendo organizaciones más humanas y efectivas. Sin embargo, la práctica suele tropezar con barreras humanas, resistencias culturales y, a menudo, con la falta de herramientas y metodologías adecuadas.

La dificultad para permear una cultura de feedback radica en múltiples factores. En primer lugar, existe un componente emocional significativo. Dar y recibir feedback puede generar incomodidad, temor a la crítica o incluso percibirse como una amenaza. Superar estas barreras requiere un liderazgo ejemplar que promueva la vulnerabilidad y la apertura, así como una formación exhaustiva en habilidades de comunicación y escucha activa para todos los niveles de la organización. En segundo lugar, la falta de tiempo y la priorización de tareas operativas a menudo relegan el feedback a un segundo plano, convirtiéndose en un acto esporádico y poco efectivo. Finalmente, la subjetividad inherente al feedback humano puede generar inconsistencias y percepciones de injusticia, minando la confianza y la motivación.

Una de las principales barreras a la construcción de una cultura organizacional fuerte, en cuanto a su capacidad evolutiva se refiere, es la comunicación. La creación de contextos en los que la conversación y  la retroalimentación fluyen libremente, construyendo puentes de seguridad psicológica y alimentando la motivación intrínseca de cada miembro del equipo, sigue siendo una aspiración para muchas organizaciones

Y, sorprendentemente, en este contexto complejo la inteligencia artificial (IA) emerge como un aliado estratégico ofreciendo la capacidad de objetivar, sistematizar y personalizar la retroalimentación de una manera escalable y eficiente, llegando a todos los niveles y acelerando la construcción de una cultura más abierta y comunicativa de manera. A través de algoritmos de procesamiento del lenguaje natural (PLN) y aprendizaje automático, las herramientas de IA pueden generar escenarios de entrenamiento seguro, en el que simular situaciones que cada persona tiene que afrontar en su vida profesional: conversaciones difíciles, feedback, comunicaciones para la motivación a la acción, etcétera. Los simuladores entrenados por psicólogos, pedagogos y coaches, pueden proporcionar las instrucciones sobre cómo abordar esas situaciones e interactuar con las personas con las que se están formando en un entorno de role play seguro, en el que el usuario pueda grabarse, verse, y recibir una valoración experta sobre las habilidades desempeñadas en cada ejercicio, aprendiendo en cada interacción. Y todo ello con la capacidad de aprender de manera individualizada, con niveles adaptados, en cualquier momento, lugar, y con la posibilidad de repetir una y otra vez hasta lograr una satisfacción sobre la habilidad entrenada. Es un aprendizaje learning by doing, generando experiencias nuevas en cada simulación.

Estudios de Harvard consideran que las conexiones neuronales que se activan en contextos de aprendizaje individual a través de simulaciones gamificadas (tipo videojuego) obtienen altos porcentajes de efectividad. ¿Cómo no ponerlas al servicio de la capacitación profesional, para avanzar de manera conjunta en habilidades de liderazgo o ventas? Es una oportunidad para generar progreso para todos, de manera sostenida, con evidencia y medición de resultados y con un presupuesto mucho menor que la formación tradicional.

En ese sentido, parece una gran idea crear asistentes de inteligencia para generar los entrenamientos que necesitemos para acelerar la adquisición de las habilidades necesarias para la evolución organizacional y el desarrollo del talento. Para ello, es fundamental reconocer que el campo de la inteligencia artificial avanza a una velocidad vertiginosa. Para los equipos internos de una organización, mantenerse al día con estas innovaciones y desarrollar herramientas propias de formación con IA puede resultar prohibitivo en términos de tiempo, recursos y expertise. Es aquí donde la colaboración con proveedores de herramientas especializadas se convierte en una decisión estratégica inteligente.

Parece una gran idea crear asistentes de inteligencia para generar los entrenamientos que necesitemos para acelerar la adquisición de las habilidades necesarias para la evolución organizacional y el desarrollo del talento.

Contar con un partner especializado está marcando hoy una diferencia significativa es en la formación y el desarrollo de competencias. Los equipos necesitan adquirir habilidades esenciales, desde la comunicación motivacional hasta las técnicas de venta avanzadas, de forma rápida y efectiva, sin que esto suponga una disrupción presupuestaria. Los simuladores basados en IA ofrecen una solución innovadora. Estos entornos virtuales permiten a los empleados practicar situaciones reales en un entorno seguro, recibiendo feedback inmediato y personalizado sobre su desempeño.

Por ejemplo, un simulador de ventas con IA podría recrear una negociación compleja, analizando las respuestas del vendedor, su lenguaje corporal (a través de la cámara web) y su capacidad para manejar objeciones. La IA proporcionaría feedback detallado sobre qué aspectos mejorar, permitiendo una práctica intensiva y enfocada en las áreas de mayor necesidad. Esto no solo acelera el aprendizaje, sino que también reduce los costes asociados a la formación tradicional, como el tiempo fuera del puesto de trabajo o la contratación de formadores externos para cada habilidad específica.

Contar con una plataforma de entrenamiento por IA, desarrollada por psicólogos y pedagogos, garantiza que la capacitación se encuentre bien fundamentada en principios sólidos de desarrollo humano y aprendizaje. Estas herramientas expertas se actualizan constantemente, incorporando los últimos avances en IA y las mejores prácticas en cultura organizacional. Invertir en una solución de este tipo, que ofrece un resultado experto a un coste predecible y razonable, no es solo una optimización de recursos, sino una apuesta por el futuro de la organización, por un equipo más seguro, motivado y, en última instancia, más exitoso. La inteligencia artificial no reemplaza la conexión humana, sino que la potencia, permitiendo a los líderes y equipos centrarse en construir relaciones sólidas y una cultura adaptativa en torno a un propósito compartido.

Los simuladores basados en IA ofrecen una solución innovadora. Estos entornos virtuales permiten a los empleados practicar situaciones reales en un entorno seguro, recibiendo feedback inmediato y personalizado sobre su desempeño.

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