En la actualidad, son muchas las compañías que están poniendo el foco en trabajar y definir su propósito empresarial. Más allá de perseguir la maximización de beneficios, se están centrando en identificar cuál es su razón de ser, su compromiso y, en gran medida, en conocer y exponer de qué manera se está impactando positivamente en la sociedad y en su entorno, más allá de la propia actividad empresarial. El propósito de las compañías se está convirtiendo en el motor de la cultura organizacional.
Al establecer un propósito auténtico, relevante y diferenciador, las organizaciones pueden conseguir alinear a sus colaboradores/as en torno a un factor común, consiguiendo crear una cultura organizacional sólida. En este sentido, y dado que todas las personas contamos con un propósito personal y vital, es cada vez más habitual que los profesionales busquemos desarrollar nuestras carreras en compañías cuyo propósito empresarial esté alineado con nuestros objetivos, valores y propósitos personales.
En un mercado laboral que evoluciona de manera vertiginosa, debemos estar preparados para la demanda de nuestros colaboradores actuales y futuros. Nos encontramos en un momento en el que la concienciación y la responsabilidad social tiene gran peso en todos los ámbitos de nuestras vidas y está muy presente en todas las instituciones, cuestión que no es indivisible y que, por tanto, debe estar presente también en nuestras empresas.
En muchos casos, la alineación con el propósito empresarial se está convirtiendo en un elemento peso importante a la hora de decidir en qué compañía trabajamos e, incluso, está siendo factor potenciador de salidas para algunos empleados que entran en conflicto de valores con las políticas empresariales, principalmente en las nuevas generaciones. De este modo, cada vez está cobrando mayor importancia en las organizaciones y se está teniendo muy en cuenta a la hora de establecer sus políticas estratégicas.
Pero ¿qué valor nos aporta identificar, definir e implantar el propósito en una organización?
1. Sentimiento de pertenencia: Un propósito inspirador, relevante y alineado con las personas trabajadoras, puede ayudar a potenciar la motivación y el sentimiento de pertenencia a la organización, y por consiguiente una mayor fidelización los empleados /as. Sentir que la empresa en la que trabajamos comparte su razón de ser con nuestros valores y compromisos individuales genera una gran motivación y, por consiguiente, una mejora de la productividad y el clima laboral. Del mismo modo, sentir que nuestro trabajo diario es significativo y forma parte de un propósito mucho más grande y que vamos a contribuir a mejorar nuestro entorno (ya sea a nivel social, medioambiental o a cualquier otro nivel), supone un orgullo y una satisfacción que lleva consigo que los propios colaboradores/as sean los mayores embajadores de las compañías. Estas cuestiones, en muchos casos, son consideradas como salario emocional, por los efectos positivos y de orgullo que genera en las nosotros, lo que se traduce en que establecemos un vínculo mucho más sólido con la empresa. El hecho de sentirnos parte de un proyecto construido a futuro y sobre un fuerte compromiso potenciará el sentimiento de pertenencia a la organización.
2. Posicionamiento frente a competidores: En este ámbito, el propósito juega un papel con un valor cada vez más distintivo. En un mercado en el que se encuentran fácil y rápidamente productos y servicios, contar con un propósito diferenciador puede ser un factor decisivo a la hora de atraer y retener clientela. La sociedad está cada vez más concienciada e interesada en apoyar a empresas comprometidas con diferentes causas y que aportan valor más allá de lo puramente económico, por tanto, si la empresa cuenta con un propósito definido sobre su razón de ser, tiene mayor probabilidad de que los consumidores nos decantemos por sus servicios frente a un competidor que no cuente con ello. En este sentido, se genera una conexión emocional con la empresa en cuestión que juega un papel fundamental a la hora de tomar decisiones.
3. Impacto social y ambiental: El propósito de la empresa no solo aporta beneficios internos y de posicionamiento, sino que puede generar un impacto muy positivo tanto en la sociedad como en el medio ambiente. Compañías con propósitos orientados a la sostenibilidad y la Responsabilidad Social Corporativa pueden contribuir a desafíos globales vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como la igualdad, el cambio climático o la salud y el bienestar, entre otros. Vincular el propósito a los ODS pueden ser un punto de partida para hacerlo explícito y concretar y definir acciones que generen impacto.
4. Impulso en la transformación y el cambio de las empresas: El propósito empresarial es una palanca de cambio para la transformación de las organizaciones y está integrado dentro de la estrategia de la compañía. Supone un modelo de transformación en muchos sentidos, pero en uno de los que más impacto está teniendo es en la transformación de los estilos de liderazgo, buscando trabajar en el desarrollo y la implantación de modelos de liderazgo saludable. En empresas con propósito definido, se apuesta por desarrollar e implantar un liderazgo inspirador y saludable, donde se otorga gran importancia a contribuir al bienestar de los colaboradores/as y la creación de una cultura empresarial abierta a la colaboración. Se aboga por que los líderes se conviertan en motores de transformación y generadores de impacto positivo tanto en los equipos como en la compañía.
En resumen, el propósito empresarial va mucho más lejos de una mera declaración de intenciones. Una compañía que adopta un propósito auténtico y el firme compromiso de llevarlo a cabo en su área de actividad puede convertirse claramente en agente de cambio en el mundo empresarial actual.
Por otra parte, es motor de cambio y fortalecimiento de la cultura organizacional, lo que implica alinear a los colaboradores/as con la compañía. Es palanca para la elaboración de políticas internas de Recursos Humanos centradas en el propósito, y que contribuyen a la fidelización de los empleados/as, así como a la implantación de nuevos modelos de liderazgo centrados en la co-creación, la colaboración y en el bienestar de los equipos.
Sin duda, entender el propósito como uno de los pilares importantes de la organización supone un gran retorno, y lo más importante, hacer partícipes a las personas trabajadoras es fundamental para que todas las acciones tengan impacto interno y les aporten el valor que realmente tienen tanto a nivel profesional como personal.